El Papa Francisco ha dirigido una emotiva carta al padre Tomaž Mavrič, Superior General de la Congregación de la Misión, en ocasión del cuarto centenario de su fundación. Este importante mensaje resalta la influencia continua de la Familia Vicenciana en la Iglesia y su misión de servicio a los pobres.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
El legado de San Vicente de Paúl
En la carta, el Papa Francisco recuerda cómo San Vicente de Paúl, movido por un profundo amor por los pobres y marginados, inició las misiones destinadas a proporcionar instrucción catequética y el retorno a los sacramentos en 1617. Este impulso culminó con la fundación de la Congregación de la Misión en 1625, una obra que, en sus primeros años, realizó cientos de misiones tanto en París como en otras regiones de Francia.
El Papa señala que la espiritualidad vicenciana ha dado fruto a lo largo de los siglos, tanto en la formación del clero como en la atención a los más necesitados. Destaca cómo, con la colaboración de Santa Luisa de Marillac, San Vicente revolucionó el papel de las mujeres en la Iglesia al fundar las Hijas de la Caridad, una congregación comprometida con el servicio directo a los pobres. “Una forma revolucionaria de comunidad femenina”, la define Francisco, considerando que en aquella época las monjas vivían en monasterios, mientras San Vicente pedía a sus monjas que salieran a atender a los pobres y enfermos en las calles de París a nivel internacional.
La carta del Santo Padre a Mavric, subraya que el carisma vicenciano sigue vivo hoy en más de 100 ramas de la Familia Vicenciana, incluyendo la Sociedad de San Vicente de Paúl, fundada por el Beato Federico Ozanam. “Rezo para que este significativo aniversario sea una ocasión de gran alegría y de renovada fidelidad al concepto de discipulado misionero, fundado en la imitación del amor preferencial de Cristo por los pobres”, ha escrito Francisco en su carta. Además, menciona iniciativas recientes como la “Alianza Famvin con las personas sin hogar”, que ya ha proporcionado vivienda a más de 10.000 personas en situación de calle, siguiendo el ejemplo de San Vicente. El Papa reconoce el crecimiento de la Congregación de la Misión, especialmente en Asia y África, donde las vocaciones florecen, y celebra las nuevas misiones emprendidas por estas provincias más incipientes. Para el Papa, el ejemplo de San Vicente puede “inspirar particularmente a los jóvenes, que con su entusiasmo, su generosidad y su preocupación por construir un mundo mejor, están llamados a ser testigos audaces y valientes del Evangelio entre sus compañeros y dondequiera que estén”.
Un llamado a la fidelidad y al servicio
Francisco anima a los vicencianos a seguir inspirándose en la espiritualidad y el celo apostólico de su fundador, subrayando la necesidad de servir con humildad y amor renovado a los más pobres. También expresa su esperanza de que las celebraciones del centenario inspiren a los jóvenes a asumir el discipulado misionero con entusiasmo y valentía. “Espero que las celebraciones del cuarto centenario pongan de relieve la importancia de la concepción de San Vicente del servicio a Cristo en los pobres para los renovación de la Iglesia de nuestro tiempo – escribe el Pontífice -, en el seguimiento misionero y en la ayuda a los necesitados y abandonados en las numerosas periferias de nuestro mundo y al margen de una cultura superficial y ‘desechable'”.
El Papa concluye encomendando a la Familia Vicenciana a la intercesión de María, Madre de la Iglesia, y pide oraciones por él mientras asegura la suya por toda la Congregación.