El arzobispo de Toledo, a los sacerdotes: “Nuestra vocación es la única esperanza de regeneración de la Iglesia y de la sociedad”

  • Francisco Cerro escribe su cuarta carta pastoral como primado de España, que dirige a los presbíteros
  • “No somos el fruto de un error de cálculo en un departamento de recursos humanos”, asegura sobre la vocación al ministerio ordenado

El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, en la Misa Crismal de 2024

“Nuestra vocación es lo más importante que tenemos, y la única esperanza de regeneración de la Iglesia y de la sociedad. Por eso es lo más urgente de cuidar”. Así lo escribe el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, en la carta pastoral que ha dirigido a los presbíteros toledanos en con motivo del Jueves Santo titulada ‘Padre, te ruego por los que tú me has dado, porque tuyos son’.



Tomando como punto de partida estas palabras de Jesús en el capítulo 17 del Evangelio de san Juan, desde esta encomienda se configura la que es su cuarta carta pastoral desde que está al frente desde la Archidiócesis.No han faltado situaciones dolorosas que vienen a nuestra memoria en esta tarde de Cenáculo, incluso por la mente de cada uno pueden pasarlas propias infidelidades y miserias a la luz de la llamada recibida”, admite el primado de España, que a la vez apunta que “también hoy escuchamos de labios de Jesús la palabra que aquel primer Jueves Santo dirigió a los suyos: ‘vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas’ (Lc 22, 28)”.

Error de cálculo

“El Señor no se equivoca y no se arrepiente jamás de habernos llamado”, relata Cerro, convencido de que “no somos el fruto de un error de cálculo en un departamento de recursos humanos”. Por ello, invita a los curas toledanos a vivir “con sencillez, pero sin cortapisas nuestra sublime misión”, esto es, “ser lo que somos, procurar con todo nuestro corazón ser lo que tenemos que ser”.

En un gesto de autocrítica, Cerro admite que “a veces el polvo del camino, las heridas de los combates, o incluso las insinuaciones del enemigo de la naturaleza humana, nos hacen olvidar la nueva identidad que el Señor nos ha dado cuando nos ha llamado por nuestro nombre”.

Por ello, a lo largo de la carta pastoral, se detiene en varios pasajes en la “importancia de la oración en nuestra vida, a la luz de la oración sacerdotal de Jesucristo”. “La amistad con Cristo Jesús es la verdadera puerta para entrar en el conocimiento más alto”, valora el arzobispo, sabedor de que “en ningún caso, la cercanía de Dios supone lejanía de lo humano, más bien todo lo contrario”.

Descansos espirituales

“Deberíamos preguntarnos cuáles son nuestros descansos espirituales, y aprender a descansar con el Señor. Para ello, nuestra oración no debe ser una pura actividad intelectual”, recomienda el pastor. En esta misma línea, apunta que se trata de un “encuentro corazón a corazón” que se hace de “miradas, suspiros, desahogos…”. “Implica un diálogo de tú a tú, tratándose como amigos, no una mera consideración de verdades abstractas. Cuando esto falta en la oración, se resiente la verdad de nuestra vida espiritual”, sentencia el primado de España.

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