Obispos mexicanos que dialogaron con criminales para lograr la paz en Guerrero: “No podemos quedar en silencio”

Los cuatro obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco que la semana pasada generaron opiniones encontradas por dialogar con líderes de grupos criminales, ahora publicaron un comunicado para reafirmar su compromiso con la paz en la región

violencia en Guerrero - transportistas

Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco volvieron a pedir a los grupos criminales que operan en Guerrero que se conviertan, y acaben con “los abusos en contra de las personas, de las familias, de los pueblos y ciudades”.



Los obispos recordaron a los delincuentes que se disputan violentamente la entidad -sobre todo Chilpancingo, su ciudad capital- que los ciudadanos “necesitan un ambiente libre de intimidación y violencia para conservar la integridad física y psicológica, trabajar honestamente, consolidar su patrimonio material, disfrutar de sus familias, asistir a los centros escolares, llegar a las instituciones de salud y manifestar públicamente su fe”.

Nadie tiene derecho a matar, abusar sexualmente, robar, mentir, esclavizar; mucho menos a convertirlo en un negocio o en un medio de intimidación”, aseveraron.

Obispos dialogan con criminales

Y es que apenas la semana pasada, el obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González, dio a conocer que junto con los obispos Leopoldo González, arzobispo de Acapulco; Joel Ocampo de Ciudad Altamirano y Dagoberto Sosa, obispo de Tlapa, se habían reunido con líderes delincuenciales a fin de pedirles el cese de la violencia y alcanzar la paz en la entidad.

Esto, debido a que en el último mes se recrudeció la violencia en el estado de Guerrero, sobre todo en Chilpancingo, donde grupos rivales delincuenciales que pelean los territorios, mataron a varios choferes, lo que derivó en molestias de los transportistas que pararon el servicio durante casi una semana, afectando a la sociedad en general.

El diálogo entre los pastores y los grupos criminales provocó opiniones encontradas en los medios de comunicación y dentro de la propia Iglesia.

“No podemos quedar en silencio”

En este sentido, ahora a través de un comunicado, los obispos aseguraron que ante el recrudecimiento de la violencia en Guerrero la Iglesia no puede quedar en silencio, “porque como obispos estamos llamados a ser profetas y constructores de la justicia y de la paz y defensores del derecho a la vida, de la dignidad humana y de los débiles”.

“El grito ensordecedor de las personas y familias que han sido víctimas de múltiples formas de violencia, tiene que ser escuchado por todos aquellos que deben asegurar la legalidad en nuestro estado y país, los que pueden contribuir a restablecer un orden justo en la sociedad y aquellos que dañan a la sociedad”.

Por esta razón, hicieron un llamado a las familias para que fomenten entre sus integrantes “constantes actitudes de paz, aprecien plenamente la dimensión comunitaria de la vida y eviten engrosar las filas de quienes promueven la cultura de la muerte”.

De igual modo, invitaron a las comunidades creyentes “a asumir la convicción de que la paz nace de quienes se abren a Dios, promueven la fraternidad, una cultura y una espiritualidad de solidaridad y de paz e invocan constantemente a Dios en la oración”.

Finalmente, pidieron a los gobernantes superar cualquier actitud de indiferencia ante aquellos que los eligieron para gobernar y evitan “ser rebasados por aquellos que intentan apoderarse del ánimo, de la vida económica y del futuro de nuestros municipios… El descontento social aumenta ante el clima de impunidad y algunos pueblos empiezan a asumir roles que corresponden a las fuerzas del orden”, advirtieron.

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