El hospital materno infantil Monkole, en Kinshasa, es un pulmón de esperanza para miles de mujeres embarazadas, tanto en la capital como en buena parte del territorio de la República Democrática del Congo. Y es que este país africano sufre un alto índice de mortalidad materna en los partos y en las horas posteriores a los alumbramientos, sufriéndolo también muchos recién nacidos.
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Para fortalecer su día a día, hace 12 años surgió en Madrid la Fundación Amigos de Monkole, que busca comprometer a muchas personas a la hora de que ayuden al hospital, que también cuenta con tres dispensarios médicos en las periferias de la capital. El objetivo final es financiar la atención sanitaria de familias congoleñas sin recursos atendidas en algunos de sus departamentos. a través del citado hospital y de sus tres dispensarios médicos en las periferias de la capital.
Apoyo clave
Y lo hace con mucho éxito, pues, como se aprecia en la memoria de 2023, presentada ahora, la fundación pudo destinar el año pasado 338.512,6 euros a los 11 proyectos solidarios que se desarrollan a través del Monkole. Gracias a esa aportación, el número de beneficiarios atendidos fue de 3.310 personas.
Uno de los proyectos financiados es ‘Forfait Mamá’, cuyo fin es apoyar a las mujeres durante el embarazo y el parto. En 2023, se destinaron 49.700 euros a este proyecto y con ello se pudo atender a 226 beneficiarias.
Otro programa fue el ‘Proyecto Elikia’, destinado a prevenir y combatir el cáncer de útero, atendiéndose a 1.600 mujeres gracias a la inversión de 39.294 euros. Además, funcionaron con mucho éxito el proyecto de ayuda para la implantación de un sistema de Atención Primaria, el de neonatología, el de nutrición infantil y el destinado a las operaciones de raquitismo y prótesis de cadera en niños y adolescentes.
Un cambio profundo
Como explica la fundación, “el hospital Monkole pretende cambiar la sanidad en la R. D. Congo y, desde allí, en toda África, con el objetivo de que el foco se centre en el paciente y no en aspectos económicos o sociales”. Para ello, fueron esenciales cursos de sensibilización para estudiantes, la promoción del voluntariado o el hecho de ser pioneros en dar comida y sábanas a sus enfermos hospitalizados.
