El Papa ha recibido este jueves a los miembros de la Unión para el Transporte de Enfermos a los Santuarios (UNITALSI), con motivo de los 120 años de su fundación. Unas peregrinaciones que, tal como ha señalado el Pontífice, “promueven la dignidad de quienes sufren enfermedades y fragilidades y dan testimonio del rostro de una Iglesia que se pone al lado de los más débiles”.
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“Es testimonio”, ha continuado, “de la belleza de una Iglesia que sabe acompañar, de una Iglesia que sabe cuidar de los más débiles, de una Iglesia que sabe anunciar el Evangelio en la caridad activa”. Y es que las peregrinaciones “son caminos por la vida, caminos de curación -en diferentes dimensiones- que promueven la dignidad de toda existencia humana, especialmente marcada por la enfermedad, la fragilidad y el sufrimiento. En los peregrinos -como lo somos todos en este mundo- se refleja el rostro de Cristo, que tomó sobre sí nuestras debilidades para infundirlas con la fuerza de la Resurrección”.
Gestos de ternura
Es, además, “signo vivo de una Iglesia que camina junta, que sostiene a quienes no pueden y que no quiere dejar a nadie atrás. Es una imagen de la Iglesia como “hospital de campaña” que, como el buen samaritano, se acerca con compasión y venda las heridas vertiendo aceite y vino. Y todo en silencio y todo con discreción, porque ante el sufrimiento las palabras deben dejar espacio a la cercanía y a los gestos de ternura. Recordad: ¡que este sea siempre vuestro estilo!”
