Los ánimos se caldean en Perú con la tercera ‘toma de Lima’, los obispos llaman a la calma

Sectores sociales y gremiales llegarán a la capital en protesta al gobierno de Dina Boluarte para exigir su renuncia

Este 19 de julio diferentes sectores sociales y gremiales de todo el Perú llegarán a la capital en la denominada protesta ‘la toma de Lima’ en rechazo del gobierno de Dina Boluarte para pedir elecciones generales.



Jaime Machaca, gobernador de Laraqueri, en el departamento del Puno, sureste del país, afirmó que “vamos a pedir la renuncia y nosotros, el pueblo de Puno, vamos a tomar el Congreso hasta que se retiren”.

Los ánimos están caldeados, por eso, Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia de obispos, hizo un llamado a la calma, porque “la violencia y/o el vandalismo, vengan de donde vengan, deslegitiman el derecho a la protesta”.

Recordó que “el derecho a la protesta está garantizado constitucionalmente en el Perú” y “en un estado de derecho la protesta es un pilar democrático de quienes no están de acuerdo con una determinada gestión política o administrativa”.

Respeto a los derechos humanos

Cabrejos señaló que la Iglesia coincide con el parecer de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe sobre el caso peruano: “los actos de violencia no están protegidos por el derecho a la protesta”.

Por ello, “la vulneración de la paz social y el orden público exigen la intervención de las instituciones responsables de garantizar los derechos ciudadanos. Ningún peruano (a) tiene la potestad de levantar la mano contra otro (a)”.

“El respeto a los derechos humanos es una obligación de todos, de ciudadanos y agentes del orden, y todos debemos ser rigurosos en su estricto cumplimiento; así mismo, debemos respetar y velar la vida, el derecho al trabajo, al libre tránsito y a la salud”, añadió.

También recalcó que “el respeto a los bienes públicos y a la propiedad privada es una exigencia, no una alternativa; en este sentido, se debe evitar el cierre de vías públicas, facilitar el traslado de emergencias de salud y el acceso al socorro de los bomberos”.

Constructores de paz

Por otra parte, el Presidente del episcopado peruano ha pedido al gobierno y todas sus instancias “escuchar al pueblo peruano y no ser ajenos a sus urgentes necesidades y justos reclamos, porque no hay democracia sin presencia y participación de la población”.

“Hacemos un llamado a no perder la esperanza. El Perú es nuestro y nosotros somos los únicos responsables de sacarlo de la crisis política, social, económica y moral; así mismo, estamos llamados a respetar y proteger la gran riqueza cultural de nuestro pueblo.

La clave está en el diálogo “a la gran familia peruana, un dialogo entre todas las Sangres, no a la indiferencia egoísta, ni a la violencia destructiva, es momento de unirnos para buscar el bien común de todos los peruanos. ¡Seamos constructores de paz, progreso y esperanza!”.

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