Vuelve Viganò: ahora arremete contra “la ira ideológica de los bergoglianos” con los católicos tradicionalistas

El ex nuncio de Estados Unidos reaparece para posicionarse con la abadesa italiana depuesta por el Vaticano por desobediencia

Carlo Maria Viganò, exnuncio de Estados Unidos

Carlo Maria Viganò, enemigo íntimo confeso del papa Francisco, reaparece. El ex nuncio de Estados Unidos ha lanzado una carta defendiendo a la abadesa de un monasterio italiano que el Vaticano ha ‘dimitido’ por desobediencia. Y es que el arzobispo considera que las razones para acabar con el liderazgo de la superiora, Diletta Forti, no son las que alude la Santa Sede, sino que se trata de “la ira ideológica de los bergoglianos por su cercanía a la tradición y su deseo de no doblegarse al adoctrinamiento modernista”, pues las monjas celebran la misa en latín.



Según Viganò, las monjas benedictinas son “víctimas de la codicia de clérigos sin escrúpulos”. Y señala que se utilizan “excusas endebles” para distraer la atención del hecho de que no hay razones legítimas para emprender acciones contra el monasterio. Las medidas vaticanas son, siempre según el famoso prelado, “otro intento de golpear a las comunidades de vida contemplativa bajo la apariencia de un aparente respeto a las normas canónicas, más aún cuando tienen una orientación tradicional”.

La misiva de Viganò, recogida por Katolisch, destaca que las monjas comenzaron a celebrar la liturgia preconciliar en 2020 y sospecha que esa es una de las razones de las medidas tomadas por el Vaticano. Así, describe, tras hablar con las religiosas, los interrogatorios de los visitadores apostólicos como “verdaderas horas de tortura”: “Intentaron por todos los medios desgastar psicológicamente a las hermanas, crear divisiones”.

“La acción de demolición de Bergoglio”

El ex nuncio en Estados Unidos se erige voz de la comunidad monástica y afirma que interviene porque es su deber como pastor, pues se tiene que “restaurar la verdad” y resaltar “la actitud abiertamente hostil de la autoridad eclesiástica” hacia las monjas, cuyo convento está ubicado en la diócesis de Montepulciano-Chiusi-Pienza, pastoreado por el cardenal Augusto Paolo Lojudice, a quienes las religiosas han negado su autoridad.

Aunque las segundas partes nunca fueron buenas, el ex nuncio ha prometido otra entrega de sus comunicados pro benedictinas, en el que “analizará el contenido de las medidas de la Santa Sede y su inserción en el contexto más amplio de la acción de demolición de Bergoglio”. Pero no se quedará aquí, porque la historia, por fascículos, contará con una tercera parte en la que el arzobispo relatará los pasos a dar.

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