El Vaticano te guía para invertir en cristiano: veto a la pornografía y a las empresas de apuestas

La Pontifica Academia de las Ciencias Sociales publica ‘Mesuram bonam’, un documento que quiere servir de ayuda a las entidades eclesiales en las gestión de sus fondos

“Recibiréis una medida buena”, esta promesa del evangelio de Lucas da nombre al nuevo documento presentado por la Pontifica Academia de las Ciencias Sociales y que recoge las propuestas de un grupo de expertos para invertir de forma ética y siguiendo los valores de la Doctrina Social de la Iglesia. ‘Mesuram bonam’ recoge una serie de prácticas financieras idóneas destinadas a diócesis, parroquias e instituciones católicas de todo el mundo.



Freno a inversiones éticas

Con esta serie de principios, se priorización inversiones en cuestiones relacionadas con el freno del cambio climático o de ayuda a los migrantes. También se recomiendan evitar inversiones que dañen a los trabajadores o que acaben con los recursos naturales. El documento simplemente les dice a quienes administran las finanzas que también deben aceptar la responsabilidad que implica la administración de las finanzas”, señala el cardenal Peter Turkson en la introducción de la guía.

El texto recuerda a las instituciones católicas que tienen la responsabilidad de incrementar su riqueza, donaciones e inversiones para servir a su misión, e insiste en que estas deben respetar los criterios evangélicos. “No debería existir el temor a los bajos rendimientos ni al riesgo de no cumplir con la responsabilidad fiduciaria que tenemos”, se lee en la guía.

El documento también invita a mirar las inversiones desde sus consecuencias como el hecho de alentar prácticas especulativas o aprovecharse de “zonas grises” como las ofertas que realizan los paraísos fiscales. Ya que entrar en dinámicas así puede hacer que el dinero de los fieles esté financiando proyectos de pornografía o empresas que fomenten la ludopatía. Por ello, se propone que los responsables eclesiales también se formen en este sentido más allá de la economía doméstica. A los fieles también se les pide no solo que eviten inversiones en empresas que no adhieren a la doctrina de la Iglesia en temas como el aborto, sino que eviten realizar aportaciones en entidades que generen condiciones infrahumanas para los trabajadores o que acaben con los recursos naturales, como la reducción de inversiones en combustibles fósiles.

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