Francisco: “Al rezar el Padre Nuestro, pensemos que hay muchas personas que del pan que pedimos solo reciben las migajas”

El Papa ha recibido en audiencia a los participantes en el encuentro promovido por Médicos con África

Esta mañana, en el Aula Pablo VI, el papa Francisco ha recibido en audiencia a los participantes en el encuentro promovido por Médicos con África (CUAMM). “Vuestro trabajo es una forma concreta de poner en práctica algo que pedimos cada día en el Padre Nuestro. Pedimos al Padre celestial: ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’. Y este ‘pan’ también es salud”, ha dicho el Papa a los presentes.



“La salud es un bien primario, como el pan, como el agua, como la casa, como el trabajo. Ustedes se comprometen a que no falte el pan de cada día para tantos hermanos y hermanas que hoy, en pleno siglo XXI, no tienen acceso a una atención sanitaria normal y básica”, ha continuado. Y esto, para Francisco, es algo “vergonzoso”. “La humanidad no es capaz de resolver este problema, pero es capaz de continuar con la industria armamentista que todo lo destruye”, ha señalado. “Cuando rezamos ‘danos hoy el pan nuestro de cada día’, debemos pensar bien lo que decimos, porque muchos, demasiados hombres y mujeres, de este pan, reciben sólo las migajas, o ni siquiera esas, simplemente porque nacieron en ciertos lugares del mundo”.

“No se desanimen”

Así, Francisco ha instado a los presentes a “no tener miedo de enfrentar desafíos difíciles, de intervenir en lugares remotos marcados por la violencia, donde las poblaciones no tienen posibilidad de ser atendidas”, y les ha pedido que “estén con ellos”. “Si toma años de arduo trabajo, si las decepciones y los fracasos se suceden para obtener resultados, no se desanimen”, ha añadido.

“Les insto a que sigan dando voz a África, a que le den espacio para expresarse: África tiene voz, pero no es escuchada. Hay que abrir posibilidades para que se escuche la voz de África, seguir dando voz a lo que no se ve, a sus penurias ya sus esperanzas, a agitar la conciencia de un mundo a veces demasiado centrado en sí mismo y demasiado poco en el otro. El Señor escucha el grito de su pueblo oprimido y nos pide que seamos artífices humildes y tenaces de un futuro nuevo, con los más pobres”, ha aseverado el Papa.

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