Chile: Justicia y Paz llama al diálogo y la amistad cívica

  • A 3 años del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución la declaración destaca la necesidad del diálogo y la apertura para alcanzar acuerdos
  • Reclaman la necesidad de un nuevo itinerario para una nueva Constitución

“A dos meses del plebiscito constitucional, y en el marco de una crisis política, social y económica que afecta la vida cotidiana de las personas, en especial de los más vulnerables, compartimos nuestra reflexión”, anuncia el “Llamado al diálogo y la amistad cívica”, hecho público hoy por la Comisión Nacional de Justicia y Paz, organismo de la Conferencia Episcopal de Chile.



El llamado se inicia recordando que este día se cumplen 3 años de la firma del “Acuerdo por la Paz Social y la nueva Constitución” que fijó un itinerario para superar la grave crisis expresada principalmente en las multitudinarias manifestaciones sociales ocurridas en la mayoría de las ciudades del país. Ese itinerario se terminó de cumplir con el plebiscito en el que una mayoría categórica rechazó la propuesta de nueva Constitución elaborada por la Convención elegida un año antes.

El documento expresa que “valoramos la participación democrática que se dio tanto en el plebiscito de entrada como en el de salida, que permitió conocer los deseos de la ciudadanía y sus mandatos”.

Falta un nuevo itinerario

Agrega que “transcurridos dos meses desde que se realizó el plebiscito de salida, las fuerzas con representación parlamentaria, no obstante haber acordado espacios de diálogo, aún no han logrado entregar al país una propuesta de un nuevo itinerario que permita dotar a Chile de un nuevo pacto constitucional, de vocación mayoritaria y alcance nacional. Estimamos urgente que el diálogo entre los diversos actores políticos pueda arribar a buen puerto, teniendo en cuenta los deseos y aspiraciones expresados por la ciudadanía respecto al cambio de la constitución actual, así como el rechazo del texto propuesto por la Convención”.

Aunque no lo expresan, está supuesto un clima de enfrentamientos y rechazo a posturas discrepantes. “Para sentirse en paz, la ciudadanía necesita percibir entendimiento entre sus representantes y líderes políticos. Para alcanzar amplios acuerdos, se requiere diálogo y apertura para superar posiciones previas. Solo así se podrá alcanzar un consenso por el bien común de Chile”, señala el documento.

Al reconocer que el país enfrenta un complejo escenario, acude a expresiones del papa Francisco quien “nos invita a una ‘cultura del encuentro’, es decir, a ir más allá de las dialécticas que enfrentan”. Agregan que “para el Papa esto implica también incluir a las periferias. Integrar a los diferentes es la garantía de una paz real y sólida. Lo que vale es generar procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias. Esta idea implica el hábito de reconocer al otro el derecho de ser él mismo y de ser diferente”.

Tiempo de entendimiento

“Hoy es el tiempo del entendimiento, de la escucha, del diálogo, con humildad y generosidad, afirma el documento. Ponerse de acuerdo, para avanzar en democracia y respeto a la dignidad de la persona humana. No temer a escuchar al otro/a, respetuosamente, tratando de entender y de integrar las distintas y legítimas posiciones que se encuentran en la búsqueda de la verdad y del bien común, sin enjuiciar. Somos parte de un país diverso y que siempre está cambiando”.

Señalan además el importante rol de los medios de comunicación y las redes sociales y alertan ante noticias falsas y distorsiones de la realidad. “Invitamos a los Medios de Comunicación y a los usuarios de las redes sociales a estar alertas y verificar la veracidad de la información que transmiten”, dice el llamado.

La Comisión Nacional de Justicia y Paz está integrada por 17 personas, 6 de ellas mujeres. La web de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) dice que este organismo tiene el encargo “de contribuir, mediante el discernimiento de los signos de los tiempos, al desarrollo integral de las personas y la sociedad, a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia desde su identidad laical. En su tarea privilegia los desafíos sociales vinculados a la construcción de una sociedad justa y fraterna, que asume el cuidado de la creación y promueve la paz, mediante el diálogo social. En su cometido favorece el diálogo ecuménico e interreligioso y vela por acoger la diversidad de carismas en el seno del Pueblo de Dios”.

Fue en el Concilio Vaticano II donde se formuló la creación de “un organismo universal de la Iglesia que tenga como función estimular a la comunidad católica para promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social internacional” (Gaudium et Spes n. 90) a lo que Pablo VI respondió instituyendo el 6 de enero de 1967 la Pontificia Comisión “Justitia et Pax” que, después de 10 años ‘ad experimentum’, en diciembre de 1976 recibió su mandato definitivo. “Justicia y Paz es su nombre y su programa” escribía el Papa dos meses más tarde en Populorum Progressio.

Pronto, las Conferencias Episcopales crearon sus propios organismos nacionales con el mismo fin, lo que también reproducen algunas diócesis.

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