Argüello anima a los creyentes a rezar por el fin de la sequía

“La escasez del agua es ya dramática y las consecuencias de la guerra, en medio de la gran lucha global, nos hacen avizorar dificultades económicas quizás inéditas”, ha señalado el arzobispo de Valladolid

El arzobispo de Valladolid y secretario de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha compartido este miércoles un mensaje con el que anima a los creyentes a orar por el fin de la sequía.



“Un creyente no deja de leer los acontecimientos para descubrir en ellos la presencia y la llamada del Señor”, escribe el arzobispo. “Vivimos una larga sequía en un verano de calor y guerra”, continúa, a la vez que afirma que “la escasez del agua es ya dramática y las consecuencias de la guerra, en medio de la gran lucha global, nos hacen avizorar dificultades económicas quizás inéditas para las generaciones más jóvenes”.

Sin embargo, en estos momentos, tal como señala Argüello, “el Señor también pasa y se hace especialmente presente en los que sufren en su propio cuerpo estos problemas”. Y es, desde ese punto, desde el que “nos llama a la conversión que se manifiesta en la oración, el ayuno y la limosna”.

Por todo ello, Argüello ha animado a la Diócesis de Valladolid a “orar, pidiéndole al Señor el don de la lluvia y
el bien común de la paz”. Asimismo, incita a los presbíteros a que inviten “al pueblo santo de Dios a esta rogativa en la Eucaristía y en la Liturgia de las Horas en la próxima fiesta de la Virgen que tantas advocaciones tiene entre nosotros, solicitémosle su intercesión”.

Compartir con los que menos tienen

“Nuestra oración ha de estar acompañada por la reducción del consumo de agua y de energías básicas de manera que no despilfarremos el agua tan escasa y necesaria”, continúa Argüello, señalando que, “para fijar el criterio del despilfarro” hay que “mirar a los que menos tienen”.

Por último, el arzobispo de Valladolid recuerda que “las crisis generan desigualdades en sus consecuencias y exigen combatir sus causas en la medida que dependan de la voluntad humana”. Por eso, invita a la “limosna del compartir con los que menos tienen y al compromiso público en favor del bien común en los ambientes e instituciones económicas o políticas de las que formamos parte”.

Del mismo modo, ha animado a “nuestros representantes públicos, en el poder y en la oposición, a buscar caminos de encuentro y colaboración de todos los ciudadanos en favor del bien común”.

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