Turismo de catedral: cobrar o cerrar

  • El populismo político ha intentado reabrir el debate sobre el pago por acceder a los templos católicos en rutas culturales cuando su restauración ha sido subvencionada
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La Iglesia no se calla. “Si pidieran que fuera gratuita o simbólica la entrada a cualquier edificio declarado Bien de Interés Cultural o que estuviera involucrado en el concepto de patrimonio cultural, fuese quien fuese su propietario, se podría entender, pero que se limiten a las iglesias y catedrales me parece que es un argumento que muestra muy bien esa ideología malsana que tienen”, afirma Francisco Juan Martínez Rojas, deán de las catedrales de Jaén y de Baeza.



Contesta así a la propuesta del senador de Compromís, Carles Mulet, de que el Estado imponga que “no se cobre nada como entrada o un simbólico euro” a todos los templos restaurados con fondos públicos.

“No pidieron que el acceso al Museo del Prado, que cuesta 16 euros, fuese gratuito, ni a otros museos de titularidad pública o a otros monumentos que son privados”, añade Martínez Rojas. En la misma línea se expresa Francisco José Suárez Calvo, deán de la catedral de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). “Hay preguntas que son más ideológicas que otra cosa. ¿Por qué no preguntan por qué se cobra por entrar en los museos nacionales? Sería la primera respuesta que habría que dar. ¿Por qué pagamos las entradas cuando ya pagamos impuestos? Lo que me cabrea de estas preguntas tan estúpidas es que vienen a molestar y a crear un ambiente nuevamente en contra de la Iglesia. ¿Por qué no preguntan cuánto invierte la Iglesia en atender a los pobres?”.

La propuesta del senador de Compromís –que forma parte del Grupo Parlamentario de Izquierda Confederal– llegó al Gobierno en forma, primero, de pregunta escrita y después oral. “¿Por qué el Ministerio de Cultura permite que, tras haber recibido dinero público, estos templos cobren entrada para su visita limitando el acceso a la cultura de los ciudadanos y dando negocio a través de empresas privadas? ¿Piensa el Ministerio de Cultura obligar por ley a que estos templos no cobren nada como entrada o un simbólico un euro para que su visita sea accesible?”.

Una respuesta positiva

La respuesta la entonó el propio ministro de Cultura, Miquel Iceta, en la Cámara Baja, rechazando de modo tajante que el Estado fije ningún precio. “Los templos necesitan atención cada día, limpieza, y eso requiere algún tipo de aportación económica, que no debe fijarla el Estado porque podríamos cometer alguna injusticia”. Y eso más allá de que el Estado ayude a la restauración de una catedral, “que es un pago”.

Martínez Rojas hace una valoración “positiva” de la “contestación sensata del ministro frente a una pretensión estatalista ideológica inadmisible en un país occidental como la que propone Compromís”. Suárez Calvo apostilla: “Entiendo que su respuesta sale al paso sin faltar al respeto a aquellos con los que al final está gobernando. No hay que olvidar que la Iglesia, como otras instituciones, no tiene afán lucrativo y lo que recauda es para el sostenimiento de los templos y otras acciones que revierten en toda la sociedad”.

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