José Luis Restán: “COPE es una empresa, no una parroquia”

A José Luis Restán le ha venido sin esperarlo ni buscarlo la presidencia de Ábside Media, la marca bajo la que la Conferencia Episcopal Española ha decidido agrupar a los medios de la Iglesia, entre ellos, COPE, TRECE, Ecclesia… La salida de Fernando Giménez Barriocanal del organigrama tras dos décadas al frente ha resituado a Restán como presidente no ejecutivo. Madrileño de 64 años, Restán es ingeniero de caminos, además de periodista, pero, sobre todo, un fontanero de largo recorrido de ‘la radio de los obispos’.



PREGUNTA.-Tenía un pie casi en la jubilación y, de repente, le llega este encargo…

RESPUESTA.- Me ha costado y he tenido que dedicar tiempo a discernirlo, a hablar y a discutirlo mucho, conmigo mismo y con mis jefes. No dejo nada de lo que ya estaba haciendo. El encargo que yo recibo con la presidencia es seguir cuidando, por encima de todo, la línea editorial y su influencia en el conjunto de la programación. Luego se añaden otras labores de representación, de relaciones y de ser una figura, en cierto modo, de referencia moral para toda la casa y también hacia fuera, con su cohorte de complicaciones, lógicamente.

P.- Presidente no ejecutivo. ¿Manda o no manda?

R.- Es una figura diferente a la que estaba vigente al período anterior. Giménez Barriocanal era presidente y consejero delegado. Tenía en su persona la gestión y representación. Ahora se ha vuelto a un modelo que ya existió en COPE. La gestión diaria, desde aspectos comerciales, financieros, personal, relación con los comunicadores y demás es competencia del nuevo consejero delegado, Javier Visiers. Por mi parte, sigo teniendo la competencia, como ya he dicho, de cuidar de la línea editorial en absoluta relación con el consejero delegado. Antes el que representaba era el que ejecutaba, ahora no es así y se quiere subrayar. A mí, francamente, me interesaba que se subrayara…

En primera línea

P.- Esa labor institucional le convierte en el objetivo de las bofetadas políticas, mediáticas y episcopales…

R.- Es posible y hay que contar con ello. En ese discernimiento antes de aceptar fue un factor que entró en la ecuación. Pero, después de 32 años en la casa como responsable de la programación religiosa y de la línea editorial, algo he aprendido. No me es desconocido estar en la diana de críticas y malestares. Aunque es verdad que siempre he tenido un protector por encima que actuaba como dique. Ahora estoy yo en primera línea.

P.- Toda esta remodelación no implica, o al menos eso dicen, que Giménez Barriocanal se esfume…

R.- Por supuesto que no desaparece. Cambia su función, ya no estará en el día a día ni la representará fuera. Pero seguirá siendo el representante del accionista mayoritario, la Conferencia Episcopal, por lo que va a seguir acompañando a Ábside. Para ello se ha creado una Comisión de Seguimiento que él va a coordinar y que se reunirá todas las semanas, en la que estaremos el presidente, el consejero delegado, la directora general y la directora comercial. Nos va a venir muy bien tenerle como punto de referencia para consultar y confrontar.

P.- Vamos, que no significa un portazo…

R.- Para nada. Esta operación la ha pensado fundamentalmente Fernando con la Comisión Ejecutiva, que es a quien le corresponde. Es una apuesta por la continuidad sin introducir ningún cambio brusco, golpetazo o factor externo que hubiera podido generar dudas o incomodidades. El que estaba en la cumbre no se va ni se desentiende, sino que muda de piel y cambia de posición.

P.- Esta apuesta personal por usted, ¿la toma como un reconocimiento personal?

R.- Lo es y así se me ha trasladado. Tengo que agradecer una confianza inmensa ahora y en todos estos años. Si en todo este tiempo no hubiese gozado de una confianza de la Conferencia Episcopal en un asunto vertebral para la casa como es la opinión y el análisis, no estaría aquí. He pasado todo tipo de vendavales y continúo.

Un trípode mágico

P.- ¿La ‘COPE’ actual es con la que sueña Restán?

R.- La COPE que hay es la más parecida al ideal que yo he tenido siempre por cohesión interna y por cercanía al ideal de una programación que trasluzca una mirada que nace de la tradición cristiana y la Doctrina Social de la Iglesia. Es verdad que no se puede cumplir cien por cien en una radio que emite 24 horas todos los días del año con voces muy variadas, pero nos aproximamos. En cualquier caso, nunca te puedes quedar tranquilo ni contentarte. La Iglesia es renovación en la continuidad y, si nosotros somos una expresión de la Iglesia en el ámbito de la Iglesia, tenemos que hacerlo realidad. Somos una radio católica, comercial y generalista, un trípode mágico, un imposible con el que trabajamos.

P.- ¿Los obispos entienden ese imposible?

R.- La Conferencia Episcopal no es una realidad monolítica y bien está que no lo sea. Como conjunto, como cuerpo, sí se comprenden estas limitaciones. Eso no quita que se den situaciones complejas y de conflicto a las que no hay respuestas mecánicas. Por ejemplo, la publicidad. Claro que hay anunciantes que no deben tener cabida entre nosotros desde unos criterios cristianos. Pero esta mirada tampoco ha sido fija en el tiempo, porque hay una cultura social que va cambiando respecto a esas líneas rojas. Ellos lo van entendiendo. ¡Ojalá todas las empresas tuvieran unos accionistas mayoritarios con la comprensión, elasticidad, la paciencia y el crédito a sus responsables empresariales como los obispos!

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