Para el papa Francisco el diálogo entre personas de religiones diferentes es una “cuestión crucial” en la época actual, marcada por “la globalización y la aceleración de las comunicaciones internacionales”. En el encuentro que mantuvo este lunes con los participantes en la sesión plenaria del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, el Pontífice destacó la importancia de este ‘ministerio’ vaticano en el mundo de hoy, que aunque esté “cada vez más conectado”, no muestra en cambio un aspecto “fraterno y cordial”, sino “todo lo contrario”.
- PODCAST: Cardenales del fin del mundo
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Después de agradecer las palabras de saludo del cardenal español Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del citado dicasterio, Jorge Mario Bergoglio recordó la historia de este organismo. Fue Pablo VI quien, durante el Concilio Vaticano II, anunció en 1964 el nacimiento del ‘Secretariado para los no cristianos’. Al crear esta institución antes incluso de la promulgación de la declaración ‘ Nostra aetate’ sobre las relaciones con las religiones no cristianas y de la encíclica ‘Ecclesiam suam’, la “magna carta del diálogo en sus varias formas”, el Papa Montini mostró una “intuición” que se basaba en “la conciencia del desarrollo exponencial de las relaciones entre personas y comunidades de diversas culturas, lenguas y religiones”.
Plena relevancia
Pablo VI puso al ‘Secretariado para los no cristianos’, antecesor del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, como “señal visible e institucional” del diálogo con las personas de otras religiones, señaló citando a su antecesor Bergoglio, que recordó la importancia de este organismo en la nueva arquitectura administrativa de la Santa Sede. “Acaba de entrar en vigor la Constitución Apostólica ‘Praedicate Evangelium’ sobre la Curia Romana y este sector de su servicio a la Iglesia y al mundo no ha perdido nada de su relevancia”, destacó el Pontífice.
La “misión” de este organismo debe ser: “Promover con otros creyentes, de manera fraterna y cordial, el camino de la búsqueda de Dios; considerando a las personas de otras religiones no de manera abstracta, sino concreta, con una historia, deseos, heridas y sueños. Solo así podremos construir juntos un mundo habitable para todos y en paz”.
Bergoglio destacó en particular la importancia de la cordialidad , que “une socialmente, pero sin colonizar al prójimo y preservando su identidad”. Es por ello que tiene una “relevancia política”, al presentarse como una “alternativa” a la “fragmentación social y al conflicto”. Francisco animó finalmente a todos los participantes en la sesión plenaria del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso a “cultivar el espíritu y el estilo” de la cordialidad en sus relaciones con las personas de otras religiones.
