La Casa de Galicia en Madrid acogió, este lunes 30 de mayo y en el marco del Año Jacobeo 2021-2022, la ‘Autobiografía’ de la M. María Antonia Pereira y Andrade (1700-1760), fundadora en 1748 del Carmelo de Santiago de Compostela. Se trata de una mística gallega que percibió bien el legado de santa Teresa y de san Juan de la Cruz, con una singular vocación doble: al matrimonio y a la vida consagrada. Pocas mujeres, en la España de la Ilustración del siglo XVIII, escribieron con tanta precisión los testimonios de su experiencia fundadora y de clausura.
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El libro ha sido publicado por el Grupo Editorial Fonte, y recoge una gran parte de la extensísima autobiografía de la religiosa, escrita de su puño y letra por mandato de sus confesores. En 1993, se inició el proceso de beatificación de la M. Antonia, siendo arzobispo de Santiago de Compostela Antonio María Rouco Varela, y tras la ‘positio’, fue declarada venerable por el papa Francisco en 2018.
El acto ha sido moderado por Leticia Casans, directora del programa ‘Monasterios y conventos’ de Radio María. Con la aparición de este libro, se ha observado un nítido interés académico y universitario, de estudio e investigación, sobre la vida y obra de la M. María Antonia, contribuyendo así a abundar en su historiografía y en su actualidad.
Una historia impresionante
En su intervención, fray Rafael Pascual, destacado colaborador de esta edición, puso de relieve que acercarse a la ‘Autobiografía’ de la venerable María Antonia es meterse en el corazón de “una mujer que busca siempre la voluntad de Dios”. Son muchas páginas, pero cuando uno se deja llevar por esta destacada hija de santa Teresa se encuentra con una historia impresionante.
A su juicio, la Madre María Antonia nos habla de su vida, de su presente, pero mira hacia el pasado, al origen del Carmelo Descalzo fundado por santa Teresa de Jesús; y, a la vez, del futuro, de cómo podemos vivir hoy la herencia de que nos dejó la Madre Teresa. Ella lo vive y lo transmite en su ‘Autobiografía’ para que nosotros nos introduzcamos en la esencia del Carmelo Descalzo y en la de todas nuestras familias, que es la misma: vivir unidos a la Sagrada Familia de Nazaret con Jesús, José y María.
Monja fundadora
Como esposa, vive la realidad familiar muy cerca de la Virgen María, en oración, hasta que “escucha” la promesa (“tú serás fundadora”) que un día se cumplirá. Para llegar hasta el final, fundar un monasterio siendo monja carmelita descalza, hace un camino interior y exterior de la mano de san José. Al final de este itinerario, termina unida del todo a Cristo, su Esposo, en lo más secreto de su corazón.
Cerró el acto el cardenal Rouco Valera, arzobispo emérito de Madrid, quien subrayó la influencia del Carmelo de Santa Teresa en la renovación eclesial a partir del Concilio de Trento, y la configuración de aquel como hogar de entrega y contemplación al Señor. Rouco recordó sus viejas relaciones con las MM. Carmelitas de Santiago, la condición “gallega” de toda una mística, como la venerable M. Antonia, y la recuperación de su figura en las últimas cuatro décadas, para el bien de la Iglesia de y de las almas, como modelo de santidad.
El cardenal gallego se mostró muy expresivo al poner de manifiesto la clara dimensión de un Camino de Santiago, fundado en la fe, frente a los elementos actuales, secularizadores del mismo, ciertamente preocupantes.
