Daniel Gómez Aragonés: “No entiendo la vida sin su componente espiritual”

El escritor Daniel Gómez Aragonés

Si nos sorprendió con ‘Historia de los visigodos’ (Almuzara), nadie debería perderse su último libro: ‘Toledo. Biografía de la ciudad sagrada’ (Esfera), un completo volumen que repasa la historia de una ciudad “solo comparable a Jerusalén o Roma”, donde recompone con pasión y rigor “el pasado de la ciudad más importante de nuestra historia”.



PREGUNTA.- ¿Qué razones sustentan que Toledo es una ‘ciudad sagrada’, el corazón de España y a la par su capital espiritual?

RESPUESTA.- El concepto de ciudad sagrada lo aplicamos en el libro, entre otras cuestiones, por su especial vínculo con cristianos, judíos y musulmanes. En el caso de considerarla la capital espiritual de España, aquí juega un papel definitorio su valor simbólico. Y en lo referido al corazón de España, qué mejor que tomar las palabras del gran Lope de Vega: “Que como el corazón es el cuerpo, / el centro y el principio de la vida, / así es Toledo corazón de España”. (…)

Ciudad de las tres religiones

P.- ¿Cómo ha sido la importancia de la religión en la evolución de Toledo?

R.- Una importancia máxima, diría yo. Si comenzamos con los judíos, la comunidad hebrea más importante de Sefarad fue la de Toledo. Si seguimos con los musulmanes, aparte de las huellas materiales que podemos apreciar, solo hay que ver el interés de almorávides y almohades en recuperar la ciudad tras la reconquista cristiana. Y, en el caso cristiano, no hay que olvidar que la catedral es la primada de España y su arzobispo el primado.

P.- ¿Qué vinculación han tenido los distintos papas con Toledo?

R.- Se podrían tratar distintos asuntos de sumo interés, como las bulas papales que restauraban y reconfirmaban la primacía de la Iglesia toledana. No obstante, hay un suceso bastante desconocido para el gran público que algunos estudiosos toledanos han tratado y que nosotros incluimos en el libro. En 1866, el Ayuntamiento de Toledo ofreció al papa Pío IX la opción de instalarse junto a su curia en la Ciudad Imperial, a causa del conflicto militar que se estaba dando en la Península Itálica de la mano de la unificación propugnada por Víctor Manuel II.

P.- ¿Le puedo preguntar si es usted creyente?

R.- No entiendo el mundo y la vida sin su componente espiritual y, en cuanto a mis creencias, soy cristiano.

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