Ana Iris Simón: “La izquierda es muy beligerante con la familia en su discurso, pero luego trabaja por ella”

Amelia Valcárcel, en el Congreso Iglesia y Sociedad Democrática de la Fundación Pablo VI

“En la derecha liberal se hace una sólida defensa de la familia, pero luego no se lleva a la práctica. En la izquierda, sin embargo, se es muy beligerante con la familia en su discurso, pero luego se trabaja por ellas”. Así se ha expresado la periodista y escritora Ana Iris Simón durante el II Congreso Iglesia y Sociedad Democrática, organizado por la Fundación Pablo VI bajo el lema ‘El mundo que viene’, que se celebra desde ayer y concluirá esta tarde.



En la mesa redonda que lleva por título ‘Jóvenes y futuro: tres miradas a una sociedad posmoderna’ han participado también Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y Diego S. Garrocho, vicedecano de Investigación de la Facultad de Filosofía y Letras  de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

En su primera intervención, Simón ha lamentado que en los últimos años “nos hayamos cargado derechos laborales que las anteriores generaciones tardaron mucho en construir”. Y lo ha ejemplificado: “Antes te despedían y te pagaban 45 días por año trabajado y ahora solo 33”.

Para la joven escritora -que ha dado cuenta de su proceso de fe, “al contrario que la mayoría de los españoles”, pues decidió hacer la comunión y confirmarse por propia convicción pese a criarse en una familia atea-, “nuestra sociedad ha ido a peor en calidad humana, donde la orfandad de sentido no es propiedad exclusiva de los jóvenes, sino de todos”.

La democracia como “guía moral”

Amelia Valcárcel ejerció de contra punto entre los dos jóvenes, pues, en su opinión, la juventud está “bastante consentida”. “Este mundo es mucho más habitable que antes. La juventud puede plantar los buenos valores allí donde van”, ha advertido huyendo de todo catastrofismo. Asimismo, ha insistido en que “nunca un mundo ha estado tan lleno de buenas causas como este, porque la democracia es un gran maestro moral”.

Para la filósofa, el verdadero problema de nuestra sociedad hoy, en medio de una guerra, es “la seguridad”. Por otro lado, ha clamado contra la política basada en la publicidad. “La opinión se está solapando con la publicidad, y este es el mayor problema de nuestra sociedad. Quienes nos gobiernan prefieren preguntar a gabinetes publicitarios qué va a caer mejor en lugar de pensar qué es lo más necesario”, ha lamentado.

Por otro lado, ha recordado que “vivimos en una sociedad feminista”. Y, en otro orden, ha reconocido que “no sería sensato renunciar a una estructura como la familia, pero las condiciones económicas son las que son”.

Contra la “fatiga espiritual”

Por su parte, Diego S. Garrocho, ha alertado de la “fatiga espiritual”. Y, menos halagüeño que Valcárcel, ha afirmado que estamos viviendo “un tiempo de desesperanza”. “Mi madre vivió peor que yo, pero en una lógica con un pacto social más o menos estable. Hoy vivimos en una condición de incertidumbre. El fracaso de la nueva política es que no hemos sido capaces de renovar el pacto social”.

Para Garrocho, “los jóvenes tienen avidez de principios y valores. Hubo un tiempo en el que la posmodernidad podría ser relativista, pero ahora es fundamentalista”, ha reconocido, para luego rematar: “No es grave que exista polarización, lo grave es los puntos de esos polos”.

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