El cardenal Baltazar Porras, presidente de Cáritas Venezuela, no tiene ninguna duda: “Tenemos que despertar la conciencia ciudadana para salir adelante”. Así se expresó el arzobispo de Mérida y administrador apostólico de Caracas durante el coloquio ‘Del empobrecimiento al éxodo. Algunas claves para el discernimiento’ que organizó ayer por la tarde en Jesuitas Maldonado (Madrid) la asociación ‘Una mirada hacia Venezuela’.
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El cardenal Porras, estuvo acompañado en la mesa redonda por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y por Esperanza Sánchez, voluntaria de la entidad organizadora. Junto aellas, también tomó la palabra por videoconferencia el rector de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, José Francisco Virtuoso. La periodista Susana di Trolio, directora de la Red de Universidades Jesuitas en Europa Líbano, moderará esta mesa redonda que busca ofrecer luz sobre este drama humanitario.
El lenguaje de la violencia
Para el purpurado venezolano, ante la crisis que vive el país, “no podemos llevarnos por el inmediatismo y ver cómo otros nos sacan las castañas del fuego”. “Una revolución no se mantiene en el poder sin pobres”, compartió, sabedor de que el 96 por ciento de los ciudadanos viva bajo el umbral de la pobreza.
En esta misma línea, mostró su pesar por la creciente “propaganda” que alimenta “el lenguaje de la violencia” que ha llevado a los propios venezolanos a verse entre sí “como enemigos”. Por eso, expuso cómo la Iglesia está llamada a ser una más entre el pueblo: “Tenemos que estar en medio de la gente, no solo para solucionar sus problemas, sino para que vean que estamos entre ellos y tenemos empatía”.
Sin control constitucional
Por su parte, el rector de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, el jesuita José Francisco Virtuoso, denunció que la ciudadanía está atrapada en “un Estado al servicio del régimen del Gobierno, un Estado sin control constitucional, un Estado que no sirve al ciudadano, sino que se sirve del ciudadano”. Para el docente, Venezuela es hoy “una suerte de estado fallido” que se traduce en una “desmovilización social fruto de la represión y la vulneración de los derechos humanos”.
Este complejo contexto político ha desencadenado una “crisis sistémica y estructural” que tiene un efecto directo en la economía. “Todo ha quedado a un cuarto de lo que era hace nueve años”, apuntó Virtuoso sobre el poder adquisitivo de las familias, que se une a la hiperinflación. Además, la demografía del país se ha reconfigurado por el éxodo de 6 millones de venezolanos.
Esperanza de vida
En paralelo, la esperanza de vida se ha reducido tres años, “algo que solo ocurre en las grandes guerras”, lamentó el rector, advirtiendo además del aumento de la mortalidad infantil y del envejecimiento de la población. A todo esto se une además el golpe del coronavirus. “No tenemos cifras reales de los estragos de la pandemia, porque uno desconfía de los datos oficiales”, subrayó el jesuita.
Desde la mirada española, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, subrayó “las muchas voces de Iglesia que se han levantado en defensa de los derechos de los migrantes y refugiados venezolanos”. En este sentido, enfatizó que la Iglesia “no puede permanecer impasible ante la tragedia que viven los venezolanos”. “La opinión pública española desconoce la magnitud del drama que sufre Venezuela”, apostilló Esperanza Sánchez.
