La Iglesia bonaerense pidió una ley de emergencia en adicciones

Se pronunció en contra de la despenalización de la droga porque “solo traerá más consumo y marginalidad”

Si, la droga mata: no podemos permitirnos pasar por alto esta tragedia y tantas otras que transcurren todos los días. Hay que hacer memoria y aprender juntos a convivir con este dolor, allí donde hay heridas, que no van a cerrar nunca”. Así se expresaban los obispos de la provincia y de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, en un comunicado titulado:No estás solo, lloremos juntos: la droga mata’.



Este mensaje surgió a partir de la muerte de 24 personas y más de 50 internados tras haber consumido cocaína adulterada. Según las versiones periodísticas, este hecho fue la consecuencia de errores de distribución en el narcomenudeo o un problema entre bandas de narcotraficantes.

Conmoción e impacto

Los prelados manifestaron estar conmovidos por las muertes de jóvenes y adultos como consecuencia del consumo de estupefacientes: “Lloramos juntos con sus familiares y amigos por tanto dolor e impotencia, acompañamos tantas luchas con nuestra oración y cercanía”.

Aseguraron que la drogadependencia se fue extendiendo, profundizando y complejizando, y seguirán, como hasta ahora con otros hermanos cristianos y confesiones, a acompañar a los grupos de asistencia y centros dedicados especialmente a esta temática.

Los obispos de la región pastoral señalaron que es impostergable y es necesario promulgar una ‘Ley de Emergencia en Adicciones’ para asumir y hacer propio el dolor de tantas familias que sufren las adicciones de los hijos, familias quebradas, pero no vencidas.

Capacidad de escucha

Recordaron las palabras del papa Francisco en el mensaje, brindado hace pocos días, para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en las que destacó que “la capacidad de escuchar a la sociedad es sumamente preciosa en este tiempo herido por la larga pandemia”.

Plantearon dos alternativas ante el caso de la droga adulterada: escuchar o hacernos los sordos. Ya hay voces que opinan que hay que legalizar la droga. “La despenalización del consumo, la legalización de las sustancias, solo traerá más consumo y marginalidad. Seguramente se instalará en la sociedad que las drogas legales no hacen daño: las drogas matan siempre“. Según los testimonios lo que empieza como un pasatiempo “termina siendo un espiral de violencia, abandono escolar, situación de calle, muerte”.

Los obispos creen que este hecho de la droga adulterada será noticia por un tiempo. “De esta forma, nos desconectamos y naturalizamos todo tipo de violencia, nada ya nos llama la atención…”. La vulnerabilidad de los derechos humanos nos tienen que conmover y también movilizar: “no podemos ser indiferentes, volvamos a conectarnos con los demás, escuchar con el corazón”, expresaron.

El compromiso de todos

En el discurso a los participantes en la Conferencia Internacional ‘Drogas y adicciones: un obstáculo para el desarrollo humano integral’ (diciembre de 2018), el Papa pidió sitúe a la persona humana en el centro del discurso socioeconómico y cultural; un humanismo que tenga como fundamento el “Evangelio de la Misericordia”.

Ahora, los prelados bonaerenses convocaron a toda la sociedad a trabajar juntos fuertemente en la prevención de las adicciones. El método de las 3 C (Capillas, Clubes y Colegios) puede brindar una modalidad en la que se abren espacios para quien no lo tiene, apoyando la obra de los Hogares de Cristo que reciben la vida como viene, generando una red comunitaria para la contención, sanación y reinserción social.

Alentaron a no cansarse de pedir a las autoridades del Estado que se ocupen de “ir detrás de los mecanismos de corrupción en todos sus niveles, que alimentan este circuito del narcotráfico, que destruyen tantos barrios, comunidades, familias, hermanos”. Asimismo a crear mayores espacios de contención e internación, para que las familias más pobres puedan llevar a sus familiares adictos.

Finalmente, expresaron: “Lloremos juntos… ¡Y salgamos juntos de la droga!”.

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