El cardenal Felipe Arizmendi sale en defensa del papa emérito Benedicto XVI

En su artículo semanal, el purpurado da testimonio de la rectitud, honestidad, prudencia y fidelidad total a la fe y a la moral, de Ratzinger

Benedicto XVI y Felipe Arizmendi

El papa emérito Benedicto XVI siempre tuvo enemigos, y ahora se regodean con el caso de los abusos sexuales a menores en la arquidiócesis de Múnich y Freising, Alemania, para “echarle todo el lodo posible”, a pesar de que Ratzinger ha declarado que nunca solapó a nadie.



Así lo sostiene el cardenal mexicano Felipe Arizmendi, quien aseguró que como algunos de los detractores del papa emérito tienen mucha cola que les pisen, “malinterpretan el caso para legitimarse a sí mismos, para justificar su propio estilo de vida contrario a la Palabra de Dios, para desprestigiar a la Iglesia y quitarle autoridad moral”.

En su artículo semanal distribuido a los diferentes medios de comunicación, el también obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, aseguró que tuvo la oportunidad de tratarlo en algunas ocasiones, antes y después como Papa, por asuntos delicados de la Teología India.

Doy testimonio de su rectitud, honestidad, claridad de posturas, inteligencia profunda, apertura, capacidad de escucha, prudencia, fidelidad total a la fe y a la moral, sencillez y humildad. Es todo lo contrario a como lo presentan sus enemigos”, señaló.

El ministerio de Ratzinger fue una gracia para la Iglesia

El reporte sobre abusos sexuales a menores en la arquidiócesis de Múnich y Freising –de la que Joseph Ratzinger fue arzobispo de 1977 a 1982- abarca de 1945 a 2019, y al papa emérito se le acusa de no haber actuado debidamente en cuatro casos de sacerdotes, antes de ser llamado por el papa San Juan Pablo II a ser Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El cardenal Arizmendi argumenta que en su momento, el arzobispo Ratzinger aceptó a un sacerdote de la diócesis de Essen sólo para su tratamiento psicológico, sin darle cargos pastorales, y que con su actuación al frente de dicha Congregación, y posteriormente como pontífice, “siempre demostró mano firme para desterrar este crimen horrendo en la Iglesia”.

Fue una gracia su ministerio y una bendición para los momentos que vivía la Iglesia. Lo que menos toleró fue la pederastia clerical”, aseveró.

La fe está puesta en Cristo

El artículo del cardenal mexicano se titula “Creo en Cristo y en su Iglesia”, y es que, a pesar de salir abiertamente en defensa del papa emérito, Arizmendi asegura que incluso, aunque el papa Ratzinger hubiera fallado en algunas decisiones, su fe está puesta en Cristo.

Él “no falla y prometió el Espíritu Santo a su Iglesia para que ésta continúe su servicio redentor. Mi fe en Cristo me lleva a la fe en su Iglesia, asumiendo las limitaciones de quienes la integramos”.

Los que creen en Cristo, pero no en su Iglesia

Recordó Arizmendi que hace años, un presidente de América central, cuando los obispos cuestionaban su proceder arbitrario e impositivo, dijo: “Yo creo en Cristo, pero no creo en los obispos”.

Explicó que ésta es justamente la misma actitud de algunos que no aceptan al Papa, a los de antes y al actual, y se refugian en una fe en un Dios abstracto, no encarnado, con una religión sin iglesia, sin comunidad eclesial.

Según el censo nacional de 2020 en México, este es el porcentaje que va en aumento: los que se dicen creyentes, pero sin iglesia, sin una religión concreta. “Contraponen a Jesucristo con la Iglesia. Dicen creer en Jesucristo, pero no en la Iglesia, por las deficiencias y pecados que descubren en la misma”.

Sin embargo –apuntó– Jesucristo estableció su Iglesia con Pedro y los demás apóstoles, que también adolecían de graves defectos, porque Él quiere seguir actuando, predicando y redimiendo, precisamente por mediación de su Iglesia”.

El cardenal concluyó su artículo haciendo un llamado a los católicos a fortalecer la fe en Cristo y en su Iglesia, asumiendo que “ésta es santa, porque está cimentada en Cristo, pero a la vez pecadora, porque quienes la forman son pecadores, débiles y limitados”.

 

Foto: Flickr – redesbenedicto

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