El arzobispo de Burgos apuesta por una investigación de abusos encargada a instancias “solventes, prestigiosas y veraces”

Ante la admisión a trámite por el Congreso de la solicitud de ERC, Bildu y Podemos para crear una comisión de investigación sobre los abusos sexuales en la Iglesia y el dossier que el periódico El País entregó al papa Francisco y al presidente de la Conferencia Episcopal Española con 251 denuncias de abusos en los últimos setenta años referidos a clérigos españoles, sacerdotes diocesanos y religiosos y, sobre todo, “ante la gravedad de este asunto”, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha hecho pública su posición y pensamiento, en el que, en primera instancia, ha subrayado que “a primera mirada y todo mi afecto se dirige a las víctimas y a sus familias”.

“Me gustaría conocer hasta el fondo el dolor causado y el destrozo ocasionado en vuestras vidas”, ha asegurado el prelado, no sin ponerse a su “disposición con humildad y respeto para escucharos, acompañaros y colaborar en lo que fuera posible para restaurar el daño ocasionado, tanto a nivel personal como institucional”. “Estos hechos también me producen dolor y vergüenza”, ha afirmado en el escrito, en el que reconoce que “todo lo que hagamos será siempre poco ante el mal ocasionado”. “También sé que la palabra perdón se ha ido desgastando”, ha señalado, “pero en nombre de la Iglesia quisiera pediros humildemente perdón”.

Iceta ha procedido a explicar que ha tenido conocimiento, en los últimos días, de dos casos, que ya están siendo investigados, ambos comunicados por el periódico El País: el primero tuvo lugar entre 1962 y 1965, y cuyo victimario “falleció hace veinte años”; y, ante el segundo “hemos pedido información para que nuestra oficina de protección de menores lo investigue”.

En manos de la justicia

“Queremos aplicar todos los medios a nuestro alcance para realizar con rigor y profundidad la investigación de cada caso y ponerlos a disposición de la justicia para que realice su labor”, ha asegurado Iceta. “Queremos restituir la justicia lesionada a las víctimas y por eso manifestamos nuestra plena disponibilidad de colaboración con las instancias policiales y judiciales”.

Asimismo, el arzobispo reconoce que “los instrumentos para conocer la realidad de los hechos en los últimos decenios para prevenirlos y actuar en consecuencia se revelan como necesarios, incluida una eventual investigación encargada a instancias solventes, prestigiosas y veraces”.

Finalmente, el arzobispo ha afirmado que “la Iglesia debe ser un espacio seguro para todos, particularmente para menores, jóvenes y personas vulnerables”. “En la Iglesia de Burgos, a la que sirvo, no cejaré en empeñarme para que esto sea siempre así, y colaboraré en todo lo que esté a mi alcance para erradicar este mal en los espacios eclesiales y en todos los ámbitos”, ha asegurado. “Los menores y las personas vulnerables son un bien que hay que cuidar y respetar en cualquier contexto y situación. Me gustaría contar con toda la ayuda que nos podáis prestar”, ha concluido.