La Iglesia suiza también encarga un informe histórico sobre los abusos

Los obispos y los religiosos del país centroeuropeo abrirán sus archivos a una comisión capitaneada por dos investigadoras de la Universidad de Zúrich

Alemania, Francia… Y también Suiza. Esta Iglesia centroeuropea ha decidido sumarse a la iniciativa de otros países europeos y llevarán a cabo una auditoría retrospectiva de los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia. El país cuenta con unos 2,5 millones de católicos, que representan algo menos del 40% de la población total.



Se trata de una iniciativa conjunta promovida a la limón por la Conferencia Episcopal Suiza (CES), la Conferencia de Uniones de Órdenes y Otras Comunidades de Vida Consagrada (KOVOS) y la Conferencia Católica Central Romana de Suiza (RKZ). “Estamos decididos a hacer justicia con las víctimas”, sentencian en un comunicado conjunto, conscientes de que “innumerables personas han han soportado un sufrimiento profundo”.

Las tres instituciones han decidido poner este informe de dos profesoras de historia de la Universidad de Zurich, Monika Dommann y Marietta Maier. Aunque ya se habrían puesto manos a la obra para trabajar en la investigación, no se hará un lanzamiento formal del proyecto hasta el próximo mes de marzo.

Archivos abiertos

Desde el Episcopado suizo han confirmado que abrirán de par en par los archivos eclesiásticos para facilitar la labor de consulta y verificación de datos. Al parecer, esta mirada al pasado se remontaría desde mediados del siglo XX a la actualidad.

“Este mandato es un paso importante para el trabajo de memoria sobre el tema del abuso sexual en el contexto de la Iglesia católica”, aseguran en un comunicado obispos y religiosos que detallan que se trata de “un proyecto piloto” que pretende evaluar de forma preliminar el estado de la cuestión para posteriormente ahondar en los aspectos que requieran más atención. El anhelo de los católicos suizos de poner negro sobre blanco es tal que también se contará con un comité científico designado por la Sociedad Histórica Suiza que “garantizará la calidad científica y la independencia del proyecto”.

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