La andaluza Guadalupe Fiñana, a quien todos conocen como ‘Abuela de dragones’, cuyos comentarios de la serie ‘Juego de Tronos’ se hicieron virales, acaba de lanzar un libro de recetas tras ganar MasterChef Abuelos: ‘Recetas para todos los días’ (HarperCollins). Sigue aumentando su comunidad de seguidores en Instagram y en Tik Tok, y ¡está rodando un corto!
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PREGUNTA.- ¿Por qué le llaman ‘Abuela de dragones’?
RESPUESTA.- Fue por Carlos Herrera. Me llamó para hacerme una entrevista y ahí salió que me encantaban los dragones, ¡y me quedé con el sobrenombre! Todo empezó con comentarios divertidos que me grababa mi nieta según veíamos la serie. Sobre todo gustó cómo rebautizaba a los personajes: el Nieve (Jon Nieve); El de los ojos vueltos (Bran Stark); El enano (Tyrion Lannister), mi favorito.
P.- Y se convirtió en una ‘influencer’…
R.- Eso dicen. Después de que el vídeo se hiciera “virílico” he llegado a tener más de 145.000 seguidores en “Sagram” y 142.000 en “Tis Tos”. O eso me dicen mis nietas. Siempre he sido muy moderna, lo que pasa es que nací pronto (risas).
Sencillas y baratas
P.- Y ahora, por si fuera poco, publica ‘Recetas para todos los días’.
R.- Eso es, son ricas, sencillas y se pueden hacer con muy poquitas perras. Yo estoy acostumbrada a apretarme el cinturón con 600 euros que me han quedado, y por eso quiero compartirlas. Lo hago todo a la antigua: sin pesar ni medir, a ojo.
P.- Aprendió a guisar con su abuela…
R.- Sí, porque mi madre trabajaba. Con los poquitos haberes que tenía, todo le salía rico. Hacía unas papas laureadas que sabían a gloria, y eso que solo llevaban laurel, un poquito de manteca de cerdo, su cebollita, su ajito… ¡Qué ricas estaban! O sería el hambre que yo tenía. También es importante aprovechar las cositas que sobran. Mira, el arroz del puchero que se queda muy apegotonaíllo. Pues, lo mojas en huevo y en pan rallado, lo fríes y está para morirse de rico.
P.- ¿Y cuál es la receta que borda usted?
R.- Para mis nietas: los filetes empanados y las albóndigas con salsa de zanahoria. Para los demás, cuando llueve, unas migas con sardinillas.
