Arturo Sosa reivindica en Manresa la vigencia de los Ejercicios Espirituales

El superior general de los jesuitas ha abierto la Puerta del Jubileo en la Santa Cueva, decorada con unos nuevos mosaicos de Marko Rupnik

El Superior General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, ha presidido los actos de la fiesta de san Ignacio de Loyola, este 31 de julio, en la localidad catalana de Manresa. Allí, hace 500 años, en una cueva el santo vivió una experiencia fundamental. “Tantos rasgos de la Compañía de Jesús y de lo que hoy conocemos como espiritualidad ignaciana dependen de Manresa”, destacó Sosa.



La ciudad se ha unido a las celebraciones del Año Ignaciano que conmemora el 500 aniversario de la conversión de Ignacio y de su llegada a la ciudad de Manresa. Por ello, el superior ha abierto la Puerta del Jubileo en la Santa Cueva y ha bendecido unos mosaicos con piedras de todo el mundo del reconocido artista jesuita Marko Rupnik que decoran el Santuario desde hace pocos meses.

Punto de referencia

En su homilía, Sosa ha destacado que la experiencia de los Ejercicios Espirituales “es seguramente lo mejor que los jesuitas y los herederos y amigos de esta espiritualidad podemos ofrecer a otros”. Una experiencia y un libro que han surgido precisamente en la estancia de Ignacio en Manresa. Los Ejercicios, para Sosa, “siguen vigentes hoy más que nunca”.

En su homilía destacó que la llegada de Ignacio a Manresa la hizo viviendo como un mendigo tras renunciar a sus bienes. “No cabe duda que esto le transforma y su modo de vivir aquí se convierte en un punto de referencia de nuestras necesidades espirituales y materiales y del modo en que las satisfacemos”, subrayó.

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