El Papa ya está en el Vaticano tras 10 días hospitalizado

Pese a que la Santa Sede no daba ayer fecha para su regreso, limitándose a decir que sería “lo antes posible”, Francisco ha recibido el alta esta mañana

El papa Francisco, a su salida del hospital Gemelli

El Papa ya está en el Vaticano. Pese a que la Santa Sede no daba ayer fecha para su regreso, limitándose a decir que sería “lo antes posible”, Francisco ha recibido esta mañana el alta hospitalaria.



El Pontífice regresaba poco antes de las 12:00. Así lo ha confirmado a los medios el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni. El Papa recibió el alta poco después de las 10:30 horas, pero antes de regresar a Casa Santa Marta, Francisco pasó, como de costumbre después de sus viajes, por la Basílica de Santa Maria Maggiore para rezar frente al icono de la Virgen Salus Populi Romani y “agradecer el buen resultado de su cirugía”.

Papa Francisco en Santa Maria Maggiore

Dirigiéndose a la Virgen, Jorge Mario Bergoglio rezó por “todos los enfermos, especialmente los encontrados durante los días de su hospitalización”.


Diez días fuera de casa

El Papa fue sometido el pasado 4 de julio a una cirugía que “involucró una hemicolectomía izquierda y duró aproximadamente 3 horas”. Francisco aprovechó el primer domingo de sus vacaciones para someterse a esta intervención ya programada en el policlínico A. Gemelli de Roma –a 7 km. del Vaticano–, a manos del doctor Sergio Alfieri, pero acompañado por Roberto Bernabe, especialista en geriatría y medicina interna que es desde febrero el médico personal del Papa.

Tarde de ayer con los niños de oncología

El Vaticano distribuía ayer por la tarde unas imágenes de la visita que el Pontífice hizo a los niños ingresados en el ala de Oncología pediátrica del policlínico. Francisco se reunión con los pequeños en la sala situada en el décimo piso, frente a su área de hospitalización. Sin muleta ni silla de ruedas, saludó a familias y niños.

Cuatro operaciones en 84 años

Francisco ha pasado por quirófano cuatro veces en sus 84 años. Jorge Mario Bergoglio se ha sometido a dos operaciones desde que los cardenales lo eligieron como sucesor de Benedicto XVI en marzo de 2013.

La primera intervención fue sencilla, puesto que se trataba de cataratas, y se le realizó en la Clínica Pío XI de Roma. De esta operación no se conoce la fecha exacta –fue en 2019–, puesto que el Papa no quiso trasladar ninguna preocupación sobre su estado de salud. No obstante, el Jueves Santo de 2018, durante la celebración de la Cena del Señor en la cárcel romana de Regina Coeli, compartió con los reclusos que al año próximo tendría que curar sus cataratas.

Mucho antes, durante su etapa como provincial de los jesuitas en Argentina, Bergoglio se sometió a una intervención de vesícula. Él mismo lo reveló en el libro entrevista con el periodista y médico argentino Nelson Castro –’La salud de los papas’–.

Pero la más complicada de sus operaciones fue la primera, cuando apenas tenía 21 años y le extirparon un lóbulo del pulmón derecho. Esta experiencia, de su etapa de seminarista, la relata también en el mismo libro: encontraron “tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho” con “derrame pleural bilateral que me producía dolor y dificultad respiratoria”.

“Tenía 21 años. No es que no estuviese preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me iba a curar. La operación fue una gran operación. La cicatriz de la incisión va desde la base del hemitórax derecho hasta su vértice. Fue una intervención cruenta. Según me contaron, se trabajó con el separador de Finochietto [se trata de un separador intercostal a cremallera que se usa en las operaciones torácicas] y se debió hacer mucha fuerza. Por eso, al recuperarme de la anestesia, los dolores fueron muy intensos”, relató.

“Nunca experimenté fatiga o falta de aire. Según me han explicado los médicos, el pulmón derecho se expandió y cubrió la totalidad del hemitórax homolateral”, apuntó sobre las posibles consecuencias. 

En estos primeros ocho años de pontificado, la salud del Papa no ha presentado demasiadas preocupaciones. Solo la ciática le ha dejado fuera de juego en algunas ocasiones, sobre todo en estos dos últimos años, pero una reciente dieta evitando los dulces le ha permitido mantener su espalda a raya.

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