Aurelio García Macías recibe la ordenación episcopal en la catedral de Valladolid

El cardenal Ricardo Blázquez preside la celebración de ordenación del nuevo subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en la Curia romana

Aurelio García Macías ya es el nuevo obispo titular de la histórica diócesis de Rotdon –en Rosas, en el Ampurdán gerundense– después de haber sido ordenado en la catedral de Valladolid la tarde de este domingo, 11 de julio. Una ordenación que se produce después de haber sido nombrado por el papa Francisco como subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Un discasterio de la Curia romana en la que el hasta ahora sacerdote era Jefe de Oficina.



Una celebración que ha sido presidida por Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de Valladolid, y que ha contado con el nuncio apostólico Bernardito Auza; el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Arthur Roche, y más de 40 cardenales y obispos de España, Roma o Portugal y dos centenares de sacerdotes. Entre ellos ha estado el arzobispo ortodoxo Kyrilos Katrelos, Metropolita de Krini Exarca de Malta, que no concelebró por no estar en comunión plena con la Iglesia Católica.

Siguiendo el ritual propio de la Ordenación, antes de la homilía se ha leído el nombramiento y tras la unción con el Crisma se le ha entregado el Evangelio, el anillo, la mitra y el báculo –este regalado por los feligreses de los templos de Santiago y Santísimo Salvador, de los que García Macías fue párroco –. A pesar de las debidas restricciones de aforo, no han faltado en la celebración fieles de Pollos, localidad natal del nuevo obispo, y de Lavino, donde celebra la misa el fin de semana en Italia.

Antes de concluir la celebración, el nuevo obispo ha bendecido por primera vez a los fieles. Aurelio García Macías agradeció en una alocución todo lo recibido a lo largo de su vida. “El  culto a Dios y la santificación de los fieles” es el misterio de la Lirturgia al que se ha encomendado especialmente a lo largo de tanto años, por ello ha reclamado que no se vea solo por su aspecto externo. También ha recordado a “quienes pasan por la vida haciendo el bien”.

Herederos de una tradición

“Nuestra vocación como cristianos, y dentro de ella tu vocación como obispo, querido hermano y amigo Aurelio, tiene su origen en el amor eterno e insondable de Dios, en el corazón del Padre. Estamos asentados, radicados y fundamentados en el amor de Dios; no procedemos del azar, ni de la fatalidad, ni una especie de castigo primordial. El Evangelio proclama: Dios es amor, Dios te ama, el Señor es bueno, su misericordia es eterna”, comenzó el cardenal Blázquez su homilía. “Has sido elegido por Dios, has sido llamado por Jesucristo porque te llevaba en el corazón, para que estuvieras con Él y para enviarte a predicar y a curar. Hoy te marca con el sello de su Espíritu Santo. Su envío te hace portador de una misión con la autoridad del Señor”, le recordó al nuevo obispos.

“El misionero no se apoya en su poder, saber y tener. Depende del que lo envía, tanto en el mensaje que debe anunciar y en la autoridad que lo capacita, como en la manera de actuar”, apuntó comentando el evangelio. “Los enviados deben predicar la conversión orientando la mirada del corazón de las personas a Dios. No hacen proselitismo en que ocuparían ellos el centro, sino invitan a la conversión a Dios que perdona y cura”, añadió.

El obispo, un servidor

“Por la ordenación episcopal hemos entrado, hermanos obispos, en una fraternidad de servidores, presididos por el Obispo de Roma “Siervo de los siervos de Dios”. La fraternidad en el episcopado, la comunión y la colegialidad episcopal, son para la Iglesia don recibido del Señor y tarea cotidiana de todos nosotros”, destacó. “La misión de los sucesores de los apóstoles, además de garantizar la autenticidad de lo recibido, es también impulso apostólico”, añadió. “Si la autenticidad de lo recibido del Señor a través de los Apóstoles se oscureciera la misión evangelizadora se debilitaría en su originalidad”, advirtió.

“Tu cuidado y diligencia, serenidad y paciencia orden y precisión, comunicación atenta y respetuosa te ayudarán en los numerosos trabajos y relaciones. Ambas encomiendas no son divergentes; estamos seguros de que tu personalidad las concertará estrechamente”, destacó del nuevo obispo tras “una larga experiencia pastoral como párroco y formador de presbíteros, una preparación académica seria y profunda en Centros Superiores de Liturgia y el trabajo en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramento”. “La experiencia pastoral, la competencia académica, la participación en el episcopado y la confianza otorgada por el Papa a tu persona nos llena de satisfacción a los vallisoletanos”, concluyó.

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