La alerta de Cáritas: la pandemia deja 366.530 nuevos pobres en España

  • La confederación apoyó en 2020 a 1.769.799 personas en nuestro país, según la Memoria presentada hoy
  • El brazo social de la Iglesia destinó el pasado año 50 millones de euros más que en 2019

Voluntarios de Cáritas de la parroquia de Santa Anna de Barcelona. EFE

La pandemia del coronavirus deja 366.530 nuevos pobres en España. Y es que Cáritas atendió en 2020 a 1.769.799 personas en nuestro país, mientras que en 2019 el número de personas atendidas fue de 1.403.269. Así lo recogen en la Memoria anual 2020 de Cáritas Española que se ha presentado esta mañana en su sede en Madrid.



En total, las 70 Cáritas diocesanas ayudaron en 2020 a 2.856.986 personas –2,4 millones en 2019–. De ellas, 1.087.187 personas fueron respaldadas en otros países, dentro de los programas de cooperación internacional del brazo social de la Iglesia en España.

En el último año, Cáritas invirtió 386,7 millones de euros en sus diferentes recursos y proyectos tanto dentro de España como en acciones de cooperación internacional en terceros países.

Este esfuerzo económico, que supera en 50 millones lo destinado en 2019, ha sido posible gracias a los socios, donantes y colaboradores privados, que han aportado más de 273 millones; y el respaldo de las administraciones públicas a la labor de la entidad eclesial, aportando un total de 113,5 millones de euros a sus programas durante la pandemia. La procedencia de los recursos mantiene la misma tendencia que años anteriores, situándose en un 70% procedentes de los benefactores y el 30% de subvenciones públicas.

Los programas que han exigido mayor esfuerzo financiero durante 2020 están relacionados con los focos de emergencia donde la confederación ha tenido que marcar las prioridades marcadas por la pandemia. Así, en los programas de Acogida y asistencia se invirtieron 92,4 millones de euros, seguidos, de los de Economía solidaria (85,6 millones), Mayores (36,2 millones), Personas en situación de sin hogar (35,3 millones) y Salud (11,8 millones).

Los rostros de la pobreza

“Los datos de esta Memoria solo tienen un sentido y una razón de ser: la de los rostros y nombres anónimos de los cientos de miles de personas y familias que han demandado el apoyo de Cáritas”, ha señalado la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, durante su intervención, en la que ha destacado que 2020 “marca un punto de inflexión en el número de personas acompañadas, que experimenta un incremento importante con relación a los años anteriores”.

La gran mayoría de las personas atendidas en España lo fueron a través de los programas de Acogida y asistencia (1.425.991 personas, el 80,6% del total). Los proyectos de Familia, infancia y juventud prestaron apoyo a 88.740 personas; los programas de Economía solidaria a 79.359 personas; en el apartado de Personas en situación de sin hogar fueron 43.899 usuarios; en el de Personas inmigrantes, 42.411; en el de Mayores, 17.748; y en el de Mujer, 9.560.

Para Peiro, “la pandemia ha situado a Cáritas ante un reto desconocido, al que hemos respondido con una flexibilidad y creatividad enormes. Esta crisis nos ha obligado a reinventarnos, a repensar nuestras actuaciones, acogida y acompañamiento para asegurar procesos integrales, centrados en las personas y en el acceso a sus derechos, a través de una diversidad de proyectos, desde recursos residenciales, centros de día, ayuda a domicilio a trabajo de calle, grupos de autoayuda o procesos de animación comunitaria, entre otros”.

La Memoria destaca las cinco líneas de trabajo que tuvieron mayor relevancia en 2020: el impulso al derecho a la alimentación y el vestido; la prevención y acompañamiento a la soledad no deseada; el acompañamiento a las personas en situación administrativa irregular; el apoyo a la realidad de muchas personas sin hogar; y la respuesta al agravamiento sin precedentes que el Covid ha supuesto para crisis humanitarias ya existentes (Sahel, Siria, Venezuela), así como al aumento en la vulnerabilidad de las comunidades de la Amazonía o los refugiados rohingya.

Ser el Pueblo de Dios unido

Por otro lado, el presidente de Cáritas, Manuel Bretón, al abrir la rueda de prensa ha subrayado la oportunidad, que en medio del dolor y la pérdida, está suponiendo esta crisis para que “nuestra institución tenga más ganas, si cabe, de luchar por recuperar la vida de los que más han sufrido y sufrirán las consecuencias que esta pandemia deja en nuestro país y también lejos de nuestras fronteras”.

Del mismo modo, ha recordado el lema de la campaña del Día de Caridad celebrada el pasado 6 de junio –’Seamos más pueblo’– invitando a “ser ‘el pueblo más grande del mundo’, el Pueblo de Dios unido, que camina en la solidaridad y en la justicia”.

Las familias, las grandes perdedoras

Por su parte, el Observatorio de la Realidad Social (ORS) de Cáritas ha elaborado el informe ‘Del tsunami al mar de fondo: salud mental y protección social’. El coordinador de Estudios de Cáritas, Raúl Flores, ha expuesto las claves asegurando que “el Covid-19 ha sido como una ola gigante, un tsunami que ha pasado por encima de toda la sociedad, pero que, al analizar las condiciones de vida de las personas a las que acompañamos, las familias más vulnerables, pone en evidencia que son, una vez más, las grandes perdedoras de esta crisis”.

En relación al empleo, la tasa de paro es más del triple entre la población atendida por Cáritas que en el conjunto de la población. De hecho, entre las personas de referencia de las familias acompañadas por Cáritas, solo el 23% han logrado mantener su empleo durante todos estos meses.

Según los datos del ORS, cerca de 315.000 personas (21%) acompañadas por Cáritas viven en hogares que en ninguno de los meses en los que han sido consultados, ni antes de la pandemia ni a lo largo de la misma, han conseguido unos ingresos que les permitiera salir de situaciones de pobreza. Por otro lado, alrededor de 26.000 personas (14%) viven en hogares que antes de la crisis no vivían en situación de pobreza y ahora sí lo están.

Además, la presencia de menores de edad en el hogar se muestra como un factor diferencial: la tasa promedio del 47% de pobreza se eleva al 55% en los hogares donde viven menores, una realidad que afecta al 59% de los hogares monoparentales y al 81% de las familias numerosas.

La vivienda es otro de los grandes problemas agudizados con la pandemia. Desde que comenzara esta crisis una de cada cinco familias atendidas por Cáritas ha cambiado de vivienda. Un 50% afirman haberlo hecho porque no podían seguir pagando la vivienda. Así, más de 220.000 familias (45,8%) no pueden hacer frente a los gastos de suministros básicos de agua, energía o internet.

Re-pensar la normalidad

“Se habla de ‘vuelta a la normalidad’, pero quizá debamos empezar por re-pensar esa normalidad y plantear que lo que tenemos delante es una oportunidad de crear un escenario diferente, de construir una normalidad que difiera en algunos puntos sustanciales de lo que conocíamos y donde los derechos humanos sean garantizados de forma eficaz para todas las personas”, ha recalcado Flores.

Para ello, “es necesario que las políticas sociales sean integrales, que pongan en el centro de a las personas y sus derechos”. En concreto, desde el ORS de Cáritas lanzan cinco propuestas para reivindicar, proteger y desarrollar: (1) el derecho a un trabajo digno, (2) el derecho a la vivienda y el derecho a la energía y al agua, (3) el derecho a un sistema de garantía de rentas que proteja, (4) el derecho a lo digital y (5) el derecho a la salud mental.

“Se trata, en definitiva de derechos que pueden condensarse en un derecho emergente y urgente, que es el derecho al cuidado, que más allá del auto-cuidado, también necesario, se centre en el cuidado mutuo como expresión de reconocimiento de nuestra vulnerabilidad y de nuestra interdependencia”, ha concluido Flores.

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