Juan Luis Martín Barrios: “Los catequistas deben vivir por dentro la belleza de la fe y contagiar por fuera la alegría del evangelio”

El director de la Comisión de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal Española ha participado en el webinar organizado por PPC y SM ‘Ser catequista en una Iglesia en salida’

webinar ppc catequesis

“Hombres y mujeres que vivan por dentro la belleza de la fe y contagien por fuera la alegría del evangelio”. Así ha definido el director de la Comisión de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal Española, Juan Luis Martín Barrios, cómo deben ser los catequistas instituidos. Aquellos que, por el motu proprio del papa Francisco ‘Antiquum ministerium’, pasan a formar parte de este ministerio dentro de la Iglesia católica.



Esta reflexión del sacerdote ha tenido lugar en el webinar organizado por PPC y SM ‘Ser catequista en una Iglesia en salida’, donde, además, ha apuntado que los catequistas deben, de esta manera, “ayudarnos a hacer visible lo que es invisible. Que sean peregrinos acompañantes y pedagogos en la belleza de la fe”.

“Estamos en un momento difícil”, ha dicho Martín en este encuentro conducido por el periodista y catequeta Herminio Otero, “pero solo en la noche se ven las estrellas”. En este momento, “‘Antiquum ministerium’ llega como una luz en la noche“, ya que “son tiempos difíciles para transmitir la fe, pero también tiempos apasionantes”.

Un ministerio laical

En este contexto, para el sacerdote, “la misión del laico es transformar el mundo según Dios quiere”. Por lo tanto, “debe ser fermento en la masa, no cemento, y está llamado a hacerlo, principalmente, en dos puntos: la familia y el trabajo”. Asimismo, ha matizado que el nuevo ministerio instituido por el Papa no está pensado “para encorsetar ni clericalizar, sino para distinguir”, dando importancia, así, “más al carisma que de la institucionalización”.

En la misma línea, Lola Ros, administradora de AECA y miembro del equipo diocesano de catequesis de la archidiócesis de Zaragoza, ha señalado que “la gente está acostumbrada a pensar en la catequesis relacionada con la infancia y la primera comunión, pero el documento lo enlaza directamente con la evangelización”. Es decir, a que sea una constante en la vida. “Al instituirlo como ministerio laical”, ha señalado, “pone esa evangelización en la propia vida cotidiana, pero abre además la puerta a una nueva catequesis”.

Asimismo, Ros ha recordado que el catequista “es el que acompaña las historias particulares del encuentro con Cristo”, y esto siempre “es una vocación, por lo que es importantísimo descubrirse desde ahí”. Y es que, tal como ha aseverado, “el redescubrirse como vocacionado en este sentido es una gozada”.

Un servicio con alma y corazón

Por su parte, María José García Cabrera, delegada de catequesis de la Diócesis de Tenerife, ha reconocido que entre los catequistas ha descubierto “una gran dosis de gente comprometida”. “Mucha gente que vive este servicio poniéndole alma, vida y corazón”, ha subrayado.

“He descubierto mucha riqueza humana y muchas ganas de transmitir a Jesús”. Sin embargo, ha apuntado que encuentra un gran reto “en el lenguaje que utilizamos”, porque “no se trata solo de transmitir contenido, sino de dar testimonio con la propia vida”.

Dejarse llevar por el Espíritu

Por último, Clara Arza, delegada de Anuncio y Catequesis de la Diócesis de Bilbao, ha reconocido que “‘Antiquum ministerium’ es una buena noticia, y ha llegado en un momento muy oportuno”, además de ser “un reconocimiento muy grande al trabajo que se ha hecho en muchas comunidades”.

“Es cierto que la situación actual es compleja y que aceptar que ya no estamos en el pasado nos cuesta”, ha dicho, afirmando, además, que “a lo mejor esos tiempos, objetivamente, ni fueron tan buenos ni tuvieron tantas bondades, ni estos son tan malos”. De esta manera, ha reflexionado sobre que “a veces vemos la situación cultural como una amenaza”. Sin embargo, ha animado a plantearse “cómo proponer la buena noticia de Jesús de Nazaret en este horizonte”. Y es que “es cierto que el mensaje puede ser contracultural, pero, ¿qué había más contracultural que, en tiempos de los romanos, anunciar que el crucificado era Dios?”.

Por todo ello, ha concluido que “es tiempo de dejarse llevar por el Espíritu”. “Quizás este tiempo de pandemia nos recuerda que no controlamos absolutamente nada, así que tal vez este es un momento para la conversión desde la confianza en Dios”, ha añadido.

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