La Iglesia de Valencia, al rescate de las colas del hambre: “He llegado al límite”

Entidades eclesiales refuerzan el reparto de alimentos y productos básicos a cientos de personas tras las crisis abierta por la pandemia

La pandemia del coronavirus está dejando su huella en las familias más necesitadas. Por ello, diferentes entidades de la Iglesia en Valencia, entre parroquias, congregaciones y asociaciones, están incrementado el reparto de alimentos y productos básicos de primera necesidad para mitigar las llamadas “colas del hambre”. Ante el incremento de las peticiones de ayuda, han redoblado sus esfuerzos entidades como la Asociación Amigos de San Antonio, vinculada a los capuchinos de la calle Cirilo Amorós.



200 personas reciben una ayuda todos los martes primeros de mes en forma de frutas, patatas, pollo y carnes, leche, aceite, legumbres, zumo, yogures y alimentos no perecederos. Una iniciativa que lleva 20 años y que ha visto como cambia el rostro de los destinatarios. “Somos muchos los que esperamos a que termine la cola para que nos den lo que quede. Yo ya he llegado al límite”, señala Rosa, de 70 años con dos hijos solteros de cuarenta y tantos viviendo con ella.

Enseñar a pescar 

Por su parte la parroquia de San Josemaría Escrivá lleva un año entregando alimentos a los usuarios del Centro Social de la parroquia. “Nuestra misión no es solo darles los alimentos, sino ofrecerles una caña y enseñarles a utilizarla. Los cursos de formación son una herramienta muy importante en nuestro afán de sacar a la gente de su situación de pobreza”, señala a la agencia AVAN Aurora Cano, coordinadora del Centro Social de San Josemaría. “Muchas personas han podido recuperar sus trabajos y lógicamente se han retirado de esta prestación, y en cambio están pidiendo ayuda otras familias de clase media que han quedado en el paro o en los ERTES”, apunta el párroco Jorge Molinero.

También en las parroquias Nuestra Señora de los Dolores y Sagrada Familia se forman grandes colas. “Llegamos a atender a 1.400 familias y gastamos más de 6.000 euros de los fondos de la parroquia en alimentos de primera necesidad. Fue una situación de emergencia”, explica José Luis López, párroco de ambas.

Atención a los migrantes

La parroquia San Miguel de Soternes de Mislata ha puesto en marcha el proyecto “Tocan a mi puerta”. “Los más vulnerables, que no tienen empadronamientos, ni cuenta bancaria, ni papeles, no pueden acceder a ningún tipo de prestación ni ayuda, pero necesitan comer todos los días y debemos dar respuesta a la realidad que vivimos”, explica el párroco Olbier Hernández, delegado de Migraciones, que asegura que “la realidad nos desborda y los recursos que tenemos no responden a ella”.

Durante 2020 se han atendido a más de 726 personas en situación de exclusión social de 27 países diferentes. En lo que llevamos de año 2021 ya han sido atendidas 313 personas de un total de 24 países. “En verano la situación se había tranquilizado un poco pero a partir del mes de noviembre las necesidades volvieron a aumentar”, ha añadido Olbier Hernández.

Las religiosas de la congregación de Madres Desamparados y San José de la Montaña también realizan reparto de comida a las puertas de la iglesia de su Casa Generalicia en Valencia. Todos los días de la semana de lunes a viernes se acercan medio centenar de personas y reciben una bolsa con un bocadillo mínimo y en ocasiones viene acompañado de pieza de fruta también.

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