El papa Francisco ha celebrado hoy su santo (San Jorge) con sus preferidos: los pobres. A las 10:30, el Pontífice se dirigió a la Sala Pablo VI donde hoy se administraban la segunda dosis de la vacuna de Pfizer 600 personas necesitadas que han conseguido inmunizarse gracias a la caridad del Vaticano.
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Jorge Mario Bergoglio, además de la vacuna, quiso tener un detalle con estas personas y le regaló un huevo de chocolate a cada uno. Así, antes de regresar a Santa Marta, se detuvo a saludar también a los voluntarios para agradecerles su compromiso: “¡Continúen así!”.
En concreto, hoy han recibido la vacuna alrededor de 600 personas, de las 1.400 que la Limosnería Apostólica prevé inmunizar. “Para seguir compartiendo el milagro de la caridad hacia los hermanos más vulnerables y darles la oportunidad de entrar a este derecho, será posible realizar una donación online de un ‘vaccino sospeso’, en la cuenta de la caridad del Santo Padre administrada por la Limosnería”, indica el brazo caritativo del Papa.
Que las vacunas lleguen a todos
No es la primera vez que el Papa les sorprende, ya que el Viernes Santo aprovechó el momento para ir a saludar a quienes se estaban vacunando, la mayoría personas sin hogar atendidas por iniciativas eclesiales en Roma.
La obsesión de Francisco es que las vacunas lleguen a todos, y con estos gestos muestra el camino a los países ricos. “Pido a todos que busquen una solución para todos: vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados en todas las regiones del planeta. En primer lugar, ¡los más vulnerables y necesitados! Ante un desafío que no conoce fronteras, no se pueden erigir barreras. Estamos todos juntos en esto”, dijo en Mensaje para la Solemnidad de la Natividad del Señor 2020.
Por otro lado, el Papa ha animado repetidamente a las personas a vacunarse, porque “es una forma de ejercer la responsabilidad hacia los demás y el bienestar colectivo, reiterando con fuerza que todos deben tener acceso a la vacuna, sin que nadie esté excluidos debido a la pobreza”.
