La Diócesis de Orihuela-Alicante ha despedido a su obispo emérito Rafael Palmero este 10 de marzo en la alicantina Concatedral de San Nicolás. Una ceremonia marcada por las restricciones sanitarias y que ha sido presidida por el obispo Jesús Murgui y en la que han concelebrado, entre otros el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, o el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro.
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El ejemplo del Buen Pastor
En su homilía, Murgui recordó el ministerio episcopal de Palmero no solo en la diócesis de Orihuela-Alicante sino también en Astorga, Toledo y Palencia. Señaló que el obispo emérito “ha sido y seguirá siendo parte, verdaderamente entrañable, de nuestra historia como familia diocesana, de la que ha sido Padre y pastor, y como tal, ha sido acompañado y cuidado en su Casa Sacerdotal, asistido especialmente, en estos últimos meses, por la oración y el afecto de cuantos hemos estado conocedores de su última enfermedad”, según recoge la diócesis en un comunicado.
Murgui le ha descrito como un “luminoso ejemplo” y un referente “de Buen Pastor” para toda la comunidad diocesana. Además, subrayó que el prelado asumió y vivió su ministerio “a la luz de su referente, San Agustín”, entendiendo la vida “como ofrenda, como eucaristía” e hizo referencia a la profunda devoción que profesaba a la Virgen María y a san José.
Los restos mortales del obispo emérito han recibido sepultura en la Capilla de la Comunión del templo catedralicio. En la celebración estuvieron presentes familiares del fallecido, los alcaldes de Orihuela y Alicante; así como otros representantes de la comunidad diocesana. Debido a la situación sanitaria excusó su asistencia el obispo emérito Victorio Oliver, de 91 años. La catedral de Orihuela acogerá una misa presidida por Jesús Murgui el próximo 13 de marzo, a las 10:00 h. por el eterno descanso del prelado.
