El secretario de Benedicto XVI escribe su propio via crucis

Georg Gänswein publica un libro con unas breves meditaciones para acompañar la Pasión de Cristo en esta Cuaresma 2021

El secretario personal de Benedicto XVI, Georg Gänswein

El secretario personal de Benedicto XVI, Georg Gänswein, reaparece literariamente al publicar unas serie de meditaciones para las distintas estaciones del Via Crucis. “Las meditaciones de Georg Gänswein sobre cada una de las estaciones de la Pasión son breves, pero densas y conmovedoras, y nos permiten superar los límites del espacio-tiempo con la fuerza de nuestra fe, y encontrar a Jesús, el Dios que se hizo hombre, murió y resucitó por amor”, señala la filósofa y teóloga Nina Sophie Freiin Heereman von Zuydtwyck.



Estas meditaciones se recogen en un libro titulado precisamente ‘Via Crucis’ y ha sido editado en Italia por Ares, cuyo prólogo escribe Freiin Heereman. Para la estudiosa, las reflexiones de Gänswein acompañan al “creyente a Jerusalén, directamente al monte Sión y al Gólgota, donde se encuentra en medio de la multitud de judíos, y se convierte en testigo presencial”. “Como los espectadores de la Pasión de Mel Gibson, estas páginas reviven los acontecimientos de hace 2.000 años ante los ojos de quienes rezan, hasta el punto de sentirse transportados al año 33 d.C. y contemplar el sufrimiento de Jesús les conmueve profundamente el amor de Dios”, añade según avanza el portal Vatican News.

Curiosidad morbosa

“Aquí arriba puede por fin quitarse la cruz de encima. No es lo único que se le quita. Le despojaron de sus ropas, para dejarlo desnudo, azotado y sangrando, ante la mirada de los soldados y la curiosidad morbosa de los que habían acudido desde Jerusalén. A partir de entonces, ningún pintor se atreve a pintarlo así, sólo el Padre lo ‘retrata’ así, de la forma en que luego quedará impreso para siempre en su mortaja fúnebre”, escribe Gänswein en una de sus meditaciones.

“El Señor fue asesinado como un malhechor, pero ahora descansa como un rey en su tumba. Una fragancia celestial inunda la cueva y, venciendo la resistencia de la pesada lápida, se extiende por el aire del jardín bajo la Colina de la Calavera. Y aparece en el cielo el primer resplandor de Venus, y parece interminable el sonido de los cuernos de carnero, que desde el Templo anuncian la liberación de Israel de la esclavitud y el comienzo de la Pascua”, apunta en la última de las estaciones el prelado.

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