El papa Francisco se ha unido hoy, 15 de febrero, a los actos en memoria de los 21 mártires coptos, decapitados por el autodenominado Estado Islámico en una playa de Libia en 2015. Y lo ha hecho por medio de un vídeo en el que el Santo Padre ha reflexionado acerca de su martirio y les ha nombrado “santos para todos los cristianos”, sea cual sea su confesión.
“Hoy llevo en mi corazón aquel febrero de 2015. Llevo en mi corazón aquel bautismo de sangre, estos veintiún hombres bautizados cristianos con el agua y el Espíritu, y aquel día bautizados también con la sangre”, comienza el Papa en su mensaje. “Son nuestros santos, los santos de todos los cristianos, los santos de todas las denominaciones y tradiciones cristianas. Son los que han blanqueado sus vidas en la sangre del Cordero, son aquellos… del pueblo de Dios, el pueblo fiel de Dios”, afirma.
Estos hombres, tal como ha recordado Francisco, “fueron a trabajar al extranjero para mantener a sus familias: hombres corrientes, padres de familia, hombres con la ilusión de tener hijos; hombres con la dignidad de trabajadores, que no sólo buscan tener pan en casa, sino llevarlo a casa con la dignidad del trabajo”. Sin embargo, acabaron dando “testimonio de Jesucristo” con sus vidas. “Degollados por la brutalidad del Isis“, continúa el Papa, “murieron diciendo: ¡Señor Jesús!, confesando el nombre de Jesús”.
Para todos los cristianos
“Es verdad que se trata de una tragedia”, afirma Bergoglio, pero “también es cierto que la playa fue bendecida por su sangre”. Además, “es aún más cierto que de su sencillez, de su fe sencilla pero coherente recibieron el mayor regalo que un cristiano puede recibir: el testimonio de Jesucristo hasta dar la vida”.
Francisco ha dado gracias en el vídeo “a Dios, nuestro Padre, por habernos dado a estos valerosos hermanos. Doy gracias al Espíritu Santo por haberles dado la fuerza y la coherencia para llegar a la confesión de Jesucristo hasta la sangre”. Asimismo, ha agradecido a los obispos, a los sacerdotes de la Iglesia copta “que les criaron, les enseñaron a crecer en la fe”. “Y doy gracias a las madres de estas personas, de estos veintiún hombres, que los ‘amamantaron’ en la fe”, ha dicho el Papa, porque “son las madres del pueblo santo de Dios que transmiten la fe ‘en dialecto’, un dialecto que va más allá de las lenguas, el dialecto de la pertenencia”.
“Me uno a todos vosotros, hermanos obispos, que estáis en esta conmemoración. A ti, gran y amado Tawadros, hermano y amigo obispo. A ti, Justin Welby, que también quisiste venir a este encuentro. Y a todos los demás obispos y sacerdotes, pero sobre todo me uno al santo pueblo fiel de Dios que con su sencillez, con su coherencia e incoherencias, con sus gracias y pecados, lleva adelante la confesión de Jesucristo: Jesucristo es el Señor”, ha añadido Francisco.
Finalmente, ha agradecido a estos veintiún santos, “cristianos de todas las confesiones”, por su testimonio. “Y te doy las gracias, Señor Jesucristo, por estar tan cerca de tu pueblo, por no olvidarlo. Recemos juntos hoy en esta memoria de estos veintiún mártires coptos: que intercedan por todos nosotros ante el Padre”.
