El papa Francisco denuncia que la pandemia ha destapado las “numerosas insuficiencias” de los sistemas sanitarios

Un sanitarios lleva a un enfermo a la puerta de urgencias del hospital Universitario de Burgos/EFE

La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto las “numerosas insuficiencias” de los sistemas sanitarios y las “carencias” en la atención a los enfermos, particularmente los más vulnerables, como los ancianos, que “no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos”. El papa Francisco dejó esta advertencia en su mensaje con motivo de la XXIX Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero y cuyo contenido fue publicado este martes por el Vaticano.



Que un país ofrezca atención médica “de manera equitativa” depende de las decisiones de los políticos, que deben actuar con “compromiso” en su administración. “Invertir recursos en el cuidado y la atención a las personas enfermas es una prioridad vinculada a un principio: la salud es un bien común primario”, comentó el Pontífice.

En su mensaje también subrayó cómo la pandemia ha puesto de manifiesto “la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas”. Estos colectivos han actuado con “profesionalidad, abnegación, sentido de responsabilidad y amor al prójimo” en su atención y consuelo a tantos enfermos y a sus familiares.

“La misma familia humana”

Se trata de una “multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana”. Estas personas son una representación clara de que una sociedad es “tanto más humana” cuando sabe cuidar a los más frágiles partiendo del “amor fraterno”.

De cara a la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra en la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, el Papa aseguró la “solicitud y el afecto de la Iglesia” a todos los afectados por la pandemia, en particular los más pobres, y destacó cómo la experiencia de la enfermedad “hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro”.

“Nadie es inmune” a la hipocresía

“Cuando estamos enfermos, la incertidumbre, el temor y a veces la consternación, se apoderan de la mente y del corazón; nos encontramos en una situación de impotencia, porque nuestra salud no depende de nuestras capacidades”, dijo Jorge Mario Bergoglio, que criticó a aquellos que viven la fe como si ésta se limitara a “ejercicios verbales estériles” que no se involucran en “la historia y las necesidades del prójimo”. La hipocresía, subrayó, es un mal “muy grave” al que “nadie es inmune”.

Francisco abogó por el establecimiento de un pacto “entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan” que esté basado en “la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad y en la disponibilidad”. Se pretende así “superar toda barrera defensiva, poner en el centro la dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes sanitarios y mantener una buena relación con las familias de los pacientes”.

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