Adiós 2020. Un año en el que el gran protagonista ha sido el coronavirus, sí, pero en el que también hay otras informaciones y realidades sobre la Iglesia en España que han copado titulares. No ha sido un año tranquilo para nadie, con leyes aprobadas y por aprobar pese al desacuerdo de la Iglesia, con nombramientos importantes ‘ad intra’ y con una visita muy comentada de Pedro Sánchez al papa Francisco.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
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Estas son las 7 noticias que han marcado estos doce meses en la actualidad eclesial de España.
1. Los mártires entra en la Ley de Memoria Democrática
El Gobierno tiene listo el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática para que llegue al Congreso. El borrador completo de 58 páginas, al que ha tenido acceso Vida Nueva, busca reconocer a quienes padecieron algún tipo de persecución ideológica entre el 18 de julio de 1936 y la promulgación de la Constitución en 1978.
En la definición de víctimas que se hace en el artículo 3, que arranca incluyendo a los fallecidos, desaparecidos y exiliados durante la Guerra Civil y la dictadura, se menciona de manera explícita a “las personas que sufrieron persecución o violencia por razón de conciencia o creencias religiosas, así como aquellas personas represaliadas o perseguidas por pertenecer a la masonería y las sociedades teosóficas y similares”.
De esta manera, y con una lectura literal de la ley, podrán ser reconocidos a título personal los católicos perseguidos o asesinados por su fe en el período marcado. No así la Iglesia como institución, en tanto que, en ese mismo artículo, solo se incluye el reconocimiento a “los partidos políticos, sindicatos, minorías étnicas, asociaciones feministas de mujeres, instituciones educativas y agrupaciones culturales represaliadas por la Dictadura”.
Sin un censo oficial, hay cálculos que sitúan en torno a los 10.000 los mártires de la persecución religiosa, incluyendo a unos 3.000 laicos, la mayoría vinculados a la Acción Católica.
2. La Ley Celaá, adelante pese al clamor en las calles
La educación concertada se ha echado a la calle este año en dos ocasiones –21 de noviembre y 20 de diciembre– contra la ley Celaá. La ‘marea naranja’, convocada por la plataforma Más Plurales –de la que forma parte Escuelas Católicas–, colapsó las carreteras en 50 ciudades españolas.
Más Plurales ha exigido al Gobierno –sin éxito– que no acabe con el criterio de demanda social para la elección de centro, no elimine la asignatura espejo de Religión y no toque a la educación especial. Todo hace presumir que el curso 2021-2022, todos los niños españoles estudiarán bajo la Lomloe –conocida como Ley Celaá–.
3. Sánchez descubre a un hombre de apellido Bergoglio
“Las ideologias sectarizan, las ideologías deconstruyen la patria, no construyen. Aprendamos esto de la historia”. Estas fueron las palabras que el papa Francisco improvisó para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la primera visita del líder socialista al Vaticano. Sánchez llegaba a Roma con la propuesta del Pontífice en su encíclica ‘Fratelli Tutti’ estudiada. Y es que, tras publicarse la encíclica, el presidente la alababa en Twitter compartiendo “con el Papa el llamamiento a construir un mundo más justo y solidario”.
4. Escuelas Católicas tiene nuevo secretario general
Pedro Huerta regresó en septiembre a Madrid después de 28 años. Se fue como un filósofo recién licenciado en la Universidad Pontificia Comillas. Y volvió como nuevo secretario general de Escuelas Católicas, después de ser provincial en Andalucía de los trinitarios. Solo esta nueva responsabilidad le ha separado de las aulas, donde ha dado clase de Religión en Córdoba hasta junio.
La plataforma que aglutina e integra a 1.976 centros educativos católicos, la mayoría con algún nivel concertado, que educan a 1.216.907 alumnos y que cuenta con 102.948 trabajadores, de los que 83.682 son docentes, confió en él para esta tarea. Huerta sustituye al marianista José María Alvira. Se trata, por tanto, de un cambio natural, como marcan los estatutos, ya que Alvira había agotado su mandato.
5. Omella maneja la barca
El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, es el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Omella recibió el 3 de marzo de 2020 el respaldo de los obispos reunidos en Asamblea Plenaria en Madrid. De 73 años, ejercerá este nuevo servicio a la Iglesia española durante cuatro años, debido al cambio en los estatutos del Episcopado, que hasta ahora establecía mandatos por trienios. A su lado, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, como vicepresidente del Episcopado.
El purpurado turolense tomaba el relevo del cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que ha sido presidente de los obispos durante nueve años. Hoy por hoy, Omella es el hombre de confianza del papa Francisco, que le creó cardenal en junio de 2017 y le ha situado en la Congregación para los Obispos.
6. Un Congreso de Laicos para crecer en sinodalidad
Del 14 al 16 de febrero, el Pabellón de Cristal de la madrileña Casa de Campo acogió la primera experiencia sinodal que involucra a toda la Iglesia española: el Congreso Nacional de Laicos bajo el lema: ‘Pueblo de Dios en salida’.
7. Ahora los arzobispos son ‘cincuentones’
España cuenta desde el 7 de octubre con dos nuevos arzobispos. Carlos Escribano y Mario Iceta son los nuevos titulares de Zaragoza y Burgos respectivamente. Se trata de los primeros nombramientos que tienen lugar en nuestro país desde que la cúpula de la Conferencia Episcopal fuera recibida por Francisco el 19 de septiembre, y en cuya cita el relevo episcopal fue uno de los temas que se pusieron sobre la mesa.
Escribano, hasta entonces obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, sustituye a Vicente Jiménez, que se jubila a los 76 años, después de haber pastoreado durante seis años la capital maña. Mientras, Iceta viajó del País Vasco a Castilla y León para tomar el testigo de Fidel Herráez, que deja la sede a los 76 años y en pleno VIII centenario de la catedral.
Se trata de los movimientos episcopales más importantes desde la llegada de Bernardito Auza a la nunciatura, cuya misión hasta el momento ha comprendido el traslado de Francisco Cerro de Coria a Toledo, José Mazuelos de Jerez a Canarias, Jesús González de auxiliar de Santiago a Astorga, Santiago Gómez Sierra de auxiliar de Sevilla a Huelva y Vicente Juan Segura de Ibiza a Valencia para engordar la lista de auxiliares de Cañizares.
Los nombramientos se irán sucediendo, ya que en un año se jubilan una veintena de obispos. Tanto en el caso de Escribano como en el de Iceta –dos de los rostros más jóvenes del Episcopado con 56 y 55 años respectivamente, aunque lleven más de una década de obispos–, además de su trabajo al frente de las diócesis, se reconoce de alguna manera su servicio a la Iglesia española, pues ambos son miembros de la Comisión Permanente de la CEE.
Por un lado, el nuevo arzobispo de Zaragoza es el presidente de la Comisión para los Laicos, Familia y Vida desde marzo y fue uno de los prelados más activos en la organización del Congreso Nacional de Laicos celebrado en febrero. Por otro lado, el nuevo arzobispo de Burgos fue, hasta marzo, el presidente de la extinta Subcomisión Episcopal para la Familia. Por tanto, ha sido el encargado de aterrizar en nuestro país la nueva pastoral familiar del Papa desde la mirada de ‘Amoris laetitia’.
