Fiesta de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México, con presencia simbólica de peregrinos

En un hecho histórico que no se veía desde la Guerra Cristera, la víspera de la Solemnidad de Santa María de Guadalupe se celebró sin la presencia de peregrinos, debido a la pandemia de Covid-19; y en su lugar, miles de veladoras ocuparon el Atrio de las Américas de la Basílica de Guadalupe, en representación de los millones de devotos que este año no pudieron asistir al Tepeyac para celebrar a la Emperatriz de América.



Fueron alrededor de 15 mil veladoras las que se encendieron la noche de este 11 de diciembre en el atrio de la Basílica de Guadalupe, en torno a un tapete monumental de flores, con la imagen de la Virgen de Guadalupe y la leyenda “Ruega por nosotros y protégenos bajo tu manto, Madre Mía”.

Tanto las flores como las veladoras fueron llevadas al santuario mariano por los fieles durante el mes de noviembre y parte de diciembre.

En un mensaje a los devotos de la Virgen de Guadalupe, Salvador Martínez, el sacerdote rector de la Basílica de Guadalupe, agradeció a quienes participaron en la iniciativa de las veladoras y flores, en un festejo tan especial por motivo del distanciamiento social.

“Esperamos que la Santísima Virgen María habrá de llegar a sus casas durante este tiempo, durante estas horas, para que ustedes le brinden su homenaje, le canten las Mañanitas, para que puedan agradecerle a Dios todos los dones y beneficios que a través de ella hemos recibido”, dijo, exhortando a seguirse quedando en casa.

Ser constructores de la sociedad

En punto de las 00:00 horas, por las redes sociales como por algunos canales de televisión se transmitieron las tradicionales Mañanitas, seguidas de la Misa de medianoche presidida por el arzobispo de México, cardenal Carlos Aguiar Retes, en compañía del Cabildo Metropolitano. Esta celebración fue pregrabada.

Al inicio de la celebración el cardenal mexicano recordó la indulgencia plenaria que el papa Francisco concedió a quienes festejen a la Virgen de Guadalupe en sus casas y participen de las celebraciones litúrgicas que se transmiten de forma virtual a través de las redes sociales del santuario y de la Arquidiócesis de México.

Después, en su homilía, recordó que Santa María de Guadalupe vino a tierras mexicanas a manifestar su amor, ternura, consuelo y auxilio a quienes desean conocer a su Hijo, a quienes quieren ser fieles discípulos de su Hijo Jesucristo y corresponder a su vocación, también a quienes se encuentran agobiados, atribulados, desamparados y sin esperanza.

Finalmente, hizo un llamado a los fieles a no quedarse de brazos cruzados, siendo meros espectadores en el mundo de hoy: “estamos llamados a ser constructores de la sociedad que desea Nuestro Padre común, debemos superar los odios y violencias de todo tipo, y manifestar con claridad, que reconocemos la común dignidad de todo ser humano, buscando con ello el bien común por encima del bien personal, familiar, sectorial e incluso nacional”.

La Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe permanecerá cerrada hasta el 13 de diciembre y se tienen planeadas una serie de actividades virtuales durante todo enero para que los feligreses acompañen de manera simbólica este homenaje y de las cuales puede verse el programa en el sitio oficial.

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