Las queridas hermanas Hurtado, que tan felices nos hicieron sobre los escenarios y en la televisión –¿quién no recuerda su aparición semanal en el mítico ‘Un, dos, tres…’?–, no solo no han abandonado la creatividad sino que se han volcado en ella hasta reconvertirse en prestigiosas artistas plásticas. Sin saber todavía quien es quien, porque hablan al unísono, con el mismo timbre de voz y movidas por un único corazón, tomamos el aperitivo por videoconferencia…
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
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PREGUNTA.- Se han convertido en unas ‘cracks’ en redes…
RESPUESTA.- Instagram es nuestro nuevo escenario. Somos surrealistas, vanguardistas, cubistas, impresionistas y todo lo “istas” de arte que puedas imaginar. Hacemos videoarte con nuestra impronta.
P.- ¿Cuál ha sido su mejor creación?
R.- Los diez años que nos entregamos al cuidado de nuestros padres. Cuando mamá –la gran actriz Mari Carrillo– empezó a mostrar los primeros signos del alzhéimer, decidimos que se mudaran los dos con nosotras. Ese día, en unas horas que se los llevó mi primo a pasear por Madrid, ‘customizamos’ toda la casa para que fuera como la de ellos. Reproducimos todo: camas, cortinas, cuadros, muebles, fotos… Todo para que no notaran el cambio, ¡y no lo hicieron! Esa fue nuestra gran ‘performance’. Después, nos dedicamos por entero a ellos, y el amor lo compensó todo. Mamá había bajado el telón y nosotras se lo volvimos a levantar con arte y cariño. (…)
P.- Viven juntas, trabajan juntas… ¿No se hartan?
¡Nos falta tiempo para estar juntas! Nosotras somos dos personas en una sola. No obstante, es cierto que no nos cuesta componer a cuatro manos. (…)
P.- ¿Son creyentes?
R.- Sí. Somos mujeres de fe como nuestros padres. Recuerda que cuando viajábamos tanto, solo veíamos museos, iglesias, catedrales…
P.- ¿Les gustaría que el Papa viera sus obras?
¡Ojalá el Papa viera nuestras obras! Nosotras estuvimos en Roma con Juan Pablo II porque recibió a mamá y nosotras comulgamos de su mano. Fue en Navidad. Un día precioso. Además, aquel que tiene fe nunca está solo.
