La comunidad educativa sentencia: la asignatura de Religión ni adoctrina ni es un privilegio de la Iglesia

Más del 70% de las familias cuyos hijos son alumnos de la asignatura de Religión rechazan los estereotipos de adoctrinamiento o manipulación y expresan que no ven como viejos privilegios de la Iglesia. En el caso de los profesores, ante la pregunta de si la materia constituye un riesgo de manipulación de la conciencia, solo un 4,7% responde afirmativamente. Estos son solo algunos datos que forman parte del ‘Informe 2020 Panorama de la Religión en la Escuela’, impulsado por la Fundación SM.



Se trata del estudio más completo sobre la asignatura de Religión de las últimas décadas, en el que han participado 18.800 encuestados, entre profesores de Religión de escuelas públicas y concertadas, así como alumnos y familias. Entre las novedades del macro informe, se encuentra el incorporar las opiniones tanto de antiguos alumnos como futuros docentes.

Sin problemas reales

“Queríamos dar la palabra a todos los protagonistas de la clase de religión”, aseguró durante la presentación del informe Carlos Esteban, coordinador del informe y director del Observatorio de la Religión en la Escuela, convencido de que “la clase de religión no tiene problemas reales en su funcionamiento, sino que hemos percibido una satisfacción generalizada.

Informe 2020 Panorama de la Religión en la Escuela Fundación SM

No es sostenible que se siga acusando a la asignatura de adoctrinamiento, manipulación o que se encuentre fuera del ámbito educativo, o un privilegio de la Iglesia más propio del nacionalcatolicismo que de nuestro tiempo democrático”, sentenció el investigador, que hizo un llamamiento a desterrar todo estereotipo.

Tramitación de la ley

A la luz de los datos del informe, Esteban apreció que la asignatura “goza de buena salud, con un notable que en algunos aspectos llega al sobresaliente”. “En la tramitación de esta nueva ley, la asignatura vuelve a ser un foco de polémica, cuando podría ser un tiempo de oportunidad para abordarse desde un diálogo con un enfoque más pedagógico”, deseó el coordinador del estudio.

Nuestra intención es hacer llegar el informe tanto a los poderes públicos como a otros agentes sociales, precisamente porque queríamos dialogar sin imaginario imaginados con las autoridades civiles y eclesiales”, expresa Esteban, que se muestra más pesimista con la posibilidad de que el informe pueda cambiar la mirad de la clase política, pero sí confía en que pueda influir en un “cambio de tendencia” sobre las etiquetas que se colocan a la materia.

Por su parte, Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM, comentó en la puesta de largo del informe que si la nueva ley recoge en el preámbulo una apuesta por promover “una ciudadanía global”, la reforma debería incluir la formación religiosa como reflejo de una educación integral. “Tenemos la esperanza de poder influir en el debate y la reflexión” en favor de los alumnos, añadió.

Profesores laicos

Entre los datos más significativos del informe, se estima que España cuenta con 14.000 profesores de religión en la escuela pública y más de 60.000 en la concertada. El perfil es mayoritariamente laico –apenas quedan sacerdotes y religiosas– y académicamente muy cualificado, en tanto que más del 70% cuenta con una segunda titulación. Además, hasta un 71% está vinculado con algún tipo de voluntariado. En cuanto a la valoración que hacen, más del 85% del profesorado considera que su asignatura ayuda a comprender otras culturas y contribuye a la formación ética y a la ciudadanía global.

Solo uno de cada diez profesores se siente valorado por la sociedad, un dato que dista de los maestros de otras materias: dos de cada diez sí se ven reconocidos. “Los aplausos de las ocho de la tarde no van para la escuela”, apostilló Carlos Esteban al dar a conocer este dato, a la vez que también lamentó que solo el 45% se sienta apreciado por la propia Iglesia.

Respaldo de alumnos

En relación al análisis de las encuestas realizadas a los alumnos, ofrecen “una imagen muy satisfactoria de la asignatura”, en tanto que 8 de cada 10 alumnos afirman que les ayuda a ser más tolerantes y mejores personas. El 68% de los alumnos se identifican como católicos, lo que refleja que, según Esteban, “la diversidad de creencias en el aula, que, sin embargo, no genera ningún problema”.

En esta misma línea, la mitad de los alumnos de los centros públicos encuestados (49%) afirma que en su clase hay alumnos de otras religiones, contribuyendo así a “la formación ética y la ciudadanía global”, como sostiene la mayoría de los profesores de Religión (84%). Sobre sus ‘profes de Reli’, la mitad de los estudiantes los consideran mejores que los de otras materias, una cifra que es mayor en centros públicos que en concertados.

Aportación personal

Mientras, los antiguos alumnos de Religión guardan un buen recuerdo de su profesor (más del 90%) y un 80% destaca la importancia que la asignatura ha tenido en su vida personal. Así, resulta significativo que el informe sí influya en la formación integral de estos antiguos alumnos, pero no determine ni su militancia política o sindical.

Cuando se pregunta a los padres, para 3 de cada 4 familias esta materia es necesaria para la educación de sus hijos. Unánimemente también viven la elección de la asignatura de religión como un ejercicio de libertad religiosa. Además, un 83% de los padres valora la aportación de la materia a su formación cultural, y seis de cada diez considera que además aumenta el pensamiento crítico de sus alumnos.

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