Xabier Pikaza: “Ha llegado el momento de la autonomía creadora para la Iglesia de América Latina”

Xabier Pikaza Ibarrondo será uno de los ponentes internacionales que participará del tercer Congreso Bíblico Teológico Internacional que la Unicatólica de Cali, en Colombia, junto a varias organizaciones, entre estas PPC, realizará del 28 de septiembre al 3 de octubre.



El teólogo español, en conversación con Vida Nueva, ha asegurado que “la Iglesia de América Latina ha sido un regalo del Espíritu Santo, y hay que dar gracias a Dios por ella”, aunque  “ha sido en gran parte colonial y trasplantada”, por ello  “tras medio milenio de infancia ha llegado el momento de la autonomía creadora, de volver al principio que es la Biblia”.

Es así como desde la Sagrada Escritura “con Jesús” iniciar el camino de la madurez “en comunión con todas las iglesias hermanas del mundo, como quiere el papa Francisco”.

De la palabra creadora

En cuanto a su participación en el Congreso ha dicho que “irá en línea de la Palabra creadora”, porque “no soy más que teólogo, y lo que puedo aportar es una visión de fondo de la teología entendida como experiencia y despliegue de la Palabra de Dios en la vida de los hombres”.

Por tanto “se trata de volver a la Fuente de la Palabra, a la acción creadora de Dios en la vida de los hombres, pues eso es la teología” entendida “desde una perspectiva de perdón y gratuidad”.

“Una vez que vuelves a la Biblia, y quieres que todos los cristianos la asuman con autonomía y creatividad, puede pasar cualquier cosa en la Iglesia. Cualquier reforma es posible y se vuelve necesaria, cuando su motor es la Palabra de Dios, y no pequeños manejos de estructura externa”, agregó.

Volver a la Biblia

Pikaza ha mencionado que “la Alianza Evangélica Mundial (WEA) y el Papa Francisco han querido que el 2020 sea el Año de la Biblia, para recrear desde ella la experiencia de Jesús y refundar su Iglesia, en un mundo que corre el riesgo de quedar vacío de Palabra”.

En medio de las reformas de la Iglesia, orquestadas por grupos de poder, encuentra pertinente la necesidad de “la vuelta a la iglesia de la Biblia, a eso que yo he querido llama Ciudad-Biblia” como bien explica detalladamente en su último libro dedicado al tema.

“La ciudad de los cristianos no es un tipo de Vaticano, una poderosa institución económico‒social, sino la Palabra de Dios que es Jesús, cuyo testimonio es fuente y camino de transformación humana. Se trata, pues, de volver a la Biblia y de comenzar desde ella el Tercer Milenio de la andadura cristiana”, ha señalado.

Teología de la Biblia

Para el biblista “durante mil años, los cristianos no tuvieron más teología que la Biblia, entendida como Palabra de Dios”, por eso “en el Tercer Milenio ha de marcar una vuelta a lo que fue el principio: la Teología de la Biblia” aún cuando “en el Segundo Milenio, con la Reforma Gregoriana y la Escolástica, se hayan creado teologías especiales como: canónicas, dogmáticas, de moral, de pastoral”.

Además hay que “agradecer inmensamente su labor, el pensamiento y las propuestas de hombres, como Orígenes y Agustín, Gregorio Pálamas y Tomás de Aquino, Lutero e Ignacio de Loyola, Karth Barth y Karl Rahner”, pero “tenemos que volver desde ellos y con ellos a la fuente, que es la Biblia”.

Tareas pendientes de la Iglesia

También ha anunciado que para “estos mismos días, quizá para el congreso, saldrá a luz un libro complementario, titulado La Palabra se hizo Carne. Teología de la Biblia”, bajo el sello editorial de Verbo Divino con el cual pretende hacer “un manifiesto teológico para dejarnos alumbrar y encaminar por la Biblia, al comienzo de la travesía del Tercer Milenio”.

Respecto a las tareas pendientes de la Iglesia como el diaconado femenino y la ordenación de hombres casados considera que “esos son pequeños cambios de revoque y pintura en la fachada”, pues lo importante “es el fundamento, los cimientos, las paredes maestras”.

Esos problemas de forma y fondo se resolverán por sí mismos “posteriores de los ministerios, la vida y palabra, la eucaristía y el perdón, la solidaridad y la fiesta. Y han de resolverse pronto, pues el tiempo urge, no por presión del mundo externo, sino sobre todo de la Palabra de Dios”.

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