Sanitarios “desbordados” acuden a la oración de las agustinas descalzas de Benigànim

Las 9 religiosas agustinas descalzas del monasterio de la Purísima, San José y la beata Inés de Benigànim (Valencia) se han convertido en una referencia contemplativa durante esta crisis del coronavirus. Mientras las localidad, la única de la Comunidad Valenciana confinada por la pandemia, espera en estos días la vuelta a la normalidad; las religiosas reciben “continuos correos electrónicos de médicos y enfermeras pidiendo nuestra oración”, ha señalado la superiora del convento, la madre Dolores, a la agencia diocesana AVAN.



“Aluvión de peticiones”

La superiora relata que, sobre todo al principio de la pandemia, recibieron un “aluvión de peticiones” al mail del monasterio. Eran peticiones “por personas que ni conocíamos y que nos decían que se sentían desbordados y hundidos” y que obligó a un reparto entre las monjas para atenderlas a todas. “Entre todas las hermanas y cada una, personalmente, se preocupa de pedir de forma particular por una familia, un médico o una enfermera, o más de una, para acompañarlos a todos con la oración, y después, las que manejamos Internet, contestamos a todos”, explica.

“Muchas de las personas que nos escribieron nos han dicho luego que, desde que atendimos su petición y rezamos por ellas, se sentían más fuertes, más unidas a nosotras, y con nuevos ánimos para seguir luchando ante la pandemia. Porque es un sufrimiento muy grande ver cómo mueren tantos enfermos y sentirse tan impotente, según nos dicen”, confiesa. La madre Dolores asegura que “rezamos todos los días para que acabe la pandemia, pedimos por todos los fallecidos y sus familias, e imploramos la intercesión protectora de la beata Inés”, que fue religiosa del propio monasterio en el siglo XVII.

Las religiosas también han sentido durante la pandemia la cercanía de la gente. Han sido continua, asegura la superiora, la llamadas de teléfono de personas que “preguntan si necesitamos algo, si estamos bien y para pedirnos que recemos mucho. Nos llama mucha gente, no sólo de Benigànim, también de otros sitios y nos piden que no bajemos los brazos, que recemos porque lo necesitan todos mucho”.

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