La oración de James Martin ante Joe Biden: por la mujer maltratada, por el homosexual acosado, por el negro que tiene miedo…

El jesuita estadounidense James Martin

A tres meses de las elecciones que discernirán quién ocupa la Casa Blanca en los próximos cuatro años, la Convención Nacional Demócrata se ha cerrado en Wisconsin con la aclamación de Joe Biden como aspirante, frente al republicano Donald Trump, a la presidencia de Estados Unidos.



Como no podía ser menos en una sociedad en la que la religión influye de un modo determinante en toda decisión política, dos representantes eclesiales han estado presentes en el acto final. Han sido la religiosa Simone Campbell, directora ejecutiva de Network y líder del colectivo ‘Monjas en el bus’, y el jesuita James Martin, editor general de America Magazine.

El propio Martin, horas antes de pronunciarla en el acto, compartió el texto de su oración en su cuenta de Twitter. Una plegaria que dice así: “Dios amoroso, abre nuestro corazón a los más necesitados: el padre desempleado que se preocupa por alimentar a sus hijos. La mujer mal pagada, acosada o maltratada. El hombre o la mujer negros que temen por sus vidas. El inmigrante en la frontera, anhelando seguridad. La persona sin hogar que busca comida. El adolescente LGBT que es acosado. El feto en el útero. El preso en el corredor de la muerte. Ayúdanos a ser una nación donde cada vida es sagrada, todas las personas son amadas y todos son bienvenidos. Amén”.

Una visión digna de Dios

Una interpelante oración a la que se ha unido la de Campbell, expresada en un breve discurso en el que ha pedido al Espíritu Santo que, “durante las próximas semanas y meses, agite nuestros corazones y mentes para que podamos luchar por una visión que sea digna de Dios y su llamada a honrar la dignidad de toda su creación”.

Para ello, urge que se plasme “una visión de quiénes somos como personas, arraigadas en la comunidad y cuidando de todos, especialmente los más marginados. Una visión que cuida nuestra tierra y sana el planeta. Una visión que acabe con el racismo estructural, la intolerancia y el sexismo que abundan ahora en nuestra nación y en nuestra historia. Una visión que garantice que se alimente a las personas que padecen hambre, que se alimente a los niños y que los inmigrantes sean bienvenidos”.

Tiempo de caos

“Oh Espíritu –ha concluido la religiosa–, insufla en nosotros y en nuestros líderes una nueva determinación… Que, comprometidos con esta nueva promesa estadounidense, trabajaremos juntos para construir una comunidad nacional basada en la sanación, basada sin miedo en la verdad y viviendo desde un sentido de responsabilidad compartida. En nombre de todo lo que es santo, oh Espíritu, saca de este tiempo de caos mundial y nacional una nueva creación, una nueva comunidad que pueda, con tu ayuda, realizar esta nueva promesa que afirmamos esta noche”.

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