La emotiva despedida de un obispo de Botswana a su “amigo” Floyd: “¿Cómo puedo olvidarte, George?”

Varios manifestantes en Washington contra el asesinato de George Floyd. EFE

“No tengo idea de qué hora es en tu parte del reino de Dios. Pero sí recuerdo vívidamente nuestra primera reunión. Fue en un partido de béisbol. Viniste vistiendo jeans azules, una camiseta, una gorra y sosteniendo un enorme vaso lleno de Coca-Cola en una mano y una bolsa de palomitas de maíz en la otra. Estábamos sentados; entonces, te uniste a nosotros. Eso fue en Pittsburgh, hace muchos años. Todavía eras un joven, apenas 20 años, en un viaje. Nos pusimos a charlar y nos hicimos amigos”.



Así se inicia la carta de despedida de un amigo a otro en el momento de su muerte… Con la salvedad de que la escribe Frank Nubuasah, obispo de Gaborone, en Botswana, y se la dedica a George Floyd, asesinado días atrás por unos policías en Minneapolis, lo que ha desencadenado la mayor protesta racial contra el racismo en Estados Unidos en décadas.

Identidad afroamericana

“Esta será –prosigue la misiva del prelado, publicada en la web del Episcopado de Botswana– mi última comunicación contigo en esta ‘tierra de los vivos’ que rechazó tu derecho a vivir. ¿Cómo puedo olvidarte, George? Tus rasgos distintivos son una nariz grande y labios gruesos; rasgos muy africanos .Lo sé, siempre me recordaste que no eres africano, sino afroamericano. Ambos antecedentes fueron importantes para ti y no querías perder ninguno. Estabas parado firmemente con los dos pies en dos tradiciones. Entre estos pies tuyos había mucha agua llamada Océano Atlántico. ¡Nunca tienes que cruzarlo!”.

“Una de las cosas que más aprecio de ti –añade Nubuasah– es tu sonrisa muy contagiosa. Era como si el coronavirus aprendiera de ti cómo infectar a las personas. Tu corazón era muy grande y se acomodaba a la gente. Siempre estuvo bien que contactaras con una persona más. Sí, correrías una milla por cualquiera. Huiste por mí en varias ocasiones, pero esa es una historia que contaré en otro momento”.

En su nombre

“Tus ojos –reclama vehemente– permanecerán para siempre viendo el fuego que comenzaste al morir. La revolución que inspiró tu muerte sacrificial y los nuevos movimientos y alianzas contra el racismo, el clasismo y la discriminación están creciendo. Encendiste un fuego que arde por la paz y el cambio. Entonces, amigo mío, cuando escuches el canto, ‘sí, podemos’, que sepas que lo estamos haciendo en tu nombre y por ti”.

A continuación, ofrece muchos detalles sobre las vacaciones que compartieron en Estados Unidos y el proyecto que ambos tenían de que Floyd le devolviera la visita en África; algo que ya no se podrá cumplir… “¿Cómo puedes perderte esta visita que habíamos planeado hace tanto tiempo? Me duele mucho el corazón. (…) Tu vida fue cortada, amigo”.

Gracias a un teléfono móvil

Sobre su asesinato, se felicita de que un transeúnte lo grabase “para la posteridad. ¿Te das cuenta de que eres un gran hombre? ¡Oh, cómo amo los teléfonos móviles! Nadie puede escapar de un crimen con impunidad porque la evidencia documental circulará en las redes sociales. El sistema de Justicia penal puede fallarle, pero la opinión pública sabrá la verdad”.

“Adiós, –se despide Nubuasah–, mi hermano menor de otra madre en Estados Unidos. Nos veremos de nuevo. En este momento estoy enojado porque soy humano y nunca pensé que los hombres pudieran rebajarse tanto. Te espera una gran bienvenida en la casa del Padre y espero que también haya allí Coca-Cola y palomitas de maíz. Solo tienes una tarea más que realizar: prepararte para dar la bienvenida al cielo a los cuatro que te mataron, cuando llegue su momento, y mostrarles ese alegre lugar. (…) Te extrañaré, George. Ahora puedes respirar eternamente el aliento de amor. ¡Descansa en paz!”.

Noticias relacionadas
Compartir