Justino Sarmento: “Las tensiones de los indígenas con el gobierno de Brasil a cuenta del coronavirus son parte del día a día”

Justino Sarmento, sacerdote salesiano amazonía

El último reporte de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) indica que el 25 de mayo el número de casos confirmados por Covid-19 en la Amazonía brasileña ya superaba los 100.000, con 5.531 fallecidos.



“Con la llegada de la pandemia del Covid-19 al Amazonas constatamos, de hecho, la fragilidad y el deterioro de las instituciones que atienden la salud de los pueblos indígenas“, lamenta el sacerdote salesiano Justino Sarmento Rezende, quien se reconoce Tuyuka y ha participado activamente en el proceso del Sínodo Panamazónico –antes, durante y después– como asesor de la REPAM y, al interior del aula sinodal, el pasado mes de octubre, en calidad de experto en espiritualidad indígenas y pastoral inculturada.

“Muchos indígenas ya han fallecido”

Pregunta.- ¿Cómo está impactando la expansión del coronavirus la vida de los pueblos indígenas en la Amazonía brasileña?

Respuesta.- Los municipios del interior del Amazonas no disponen de hospitales ni de profesionales suficientes para esta pandemia. En la mayoría de las comunidades indígenas atienden la emergencia enfermeros y agentes de salud. En muchas otras comunidades solamente está presente el agente indígena de salud. Cuando hay un médico, debe atender una gran región y no da abasto. Muchos indígenas ya han fallecido. En casos gravísimos son evacuados a Manaus, la capital. Pero allá no tienen Unidades de Cuidados Intensivos y mueren sin recibir la atención necesaria.

Aquí en nuestra región de Río Negro, donde vivimos 23 pueblos, las familias están siendo infectadas por el Covid-19. Ante las limitaciones que vivimos se ha intensificado el uso del ‘chá’ (té) con diversas plantas de nuestra región, tanto para la prevención como para la cura de la enfermedad. Estamos logrando resultados satisfactorios, pero algunos casos más graves siguen siendo remitidos al hospital. Algunos lo superan, otros no.

P.- El gobierno viene siendo duramente criticado por sus incomprensibles posiciones ante la crisis del coronavirus…

R.- Toda esta situación se agrava con las decisiones del presidente de Brasil. No está comprometido con esta pandemia del Covid-19, él se preocupa por los intereses de los grandes empresarios, con la apertura de comercios y la suspensión del aislamiento social que los Estados y municipios están adoptando.

Los Estados y los municipios, en cambio, sí están más comprometidos con los sufrimientos de los pueblos. También sienten cómo el sistema nacional de salud es frágil ante el avasallador avance del Covid-19.

“Los pueblos indígenas se han caracterizado por su capacidad de resistencia”

P.- ¿En algún momento previeron que el Covid-19 llegaría a las comunidades indígenas?

R.- Muchos pensábamos que en las comunidades indígenas distantes de las ciudades no llegaría este virus. Infelizmente llegó, debido a los tránsitos constantes entre personas que van y vienen de las ciudades. Para frenar su avance funcionan los comités formados para concientizar, controlar y acompañar a las personas. Esto ha ayudado en nuestra región. Los pueblos indígenas se han caracterizado por su capacidad de resistencia.

P.- ¿Cómo están respondiendo a las amenazas que viven, desde hace mucho tiempo, las poblaciones indígenas en el país?

R.- La situación de tensión los pueblos indígenas de Brasil, desde que lo explotadores atacaron en los litorales, no ha cesado. Nuestros antepasados sintieron en su piel las enormes diferencias que existen. Se sintieron amenazados, cazados y asesinados. Desde entonces, la situación de peligro es constante, y se expresa en la persecución, la expulsión del territorio y el asesinato de líderes. Son prácticas comunes en Brasil. Por eso los pueblos originarios afirmamos que somos indígenas en resistencia.

Algunos derechos consagrados en la Constitución Brasileña de 1988 fueron el resultado de luchas y persistencia, también con el compromiso de personas aliadas a las causas indígenas. Pero aún con la garantía de estos derechos no faltan los Proyectos de Ley que buscan cambiar su implementación, en contra de lo que dice la Constitución Federal sobre los pueblos originarios, sus tierras, sus costumbres, su educación, sus lenguas.

“Los discursos del Presidente causan indignación”

P.- ¿Cómo son las relaciones con el gobierno en el momento actual que vive el país?

R.- Las tensiones de los pueblos indígenas con relación a los gobernantes de Brasil, y más aún por el coronavirus, hacen parte del día a día. Diariamente los discursos del presidente y de sus ministros causan indignación no solamente a nosotros, los indígenas, sino a muchas personas que no compaginan con esa forma de ver a las personas. Ante esto, los pueblos originarios reasumen sus luchas y resistencias, que ya hacen parte de nuestras historias. La lucha continuará.

P.- La depredación de la Amazonía tampoco ha cesado…

R.- Aunque el proyecto gubernamental ha permitido la entrada de empresas mineras, la deforestación de las selvas, la invasión de las tierras demarcadas, etc., de nuestra parte, los pueblos indígenas y las instituciones que nos apoyan, estamos aquí para mostrar que mientras estemos vivos la resistencia será nuestro instrumento de defensa de la vida. Ya estamos viviendo hace más de cinco siglos así. Resistiremos y viviremos por muchos siglos más.

Persecución a la Iglesia profética

P.- ¿Cuál ha sido el papel de la Iglesia frente a estas amenazas que están sufriendo los pueblos indígenas?

R.- Soy sacerdote hace 26 años y estoy bastante comprometido con nuestras causas, principalmente en el campo de la reflexión, la concientización y la participación en la cotidianidad de las personas donde actúo.

Aquí en Brasil últimamente la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil) y los peritos que fueron al Sínodo de la Amazonía, han emitido un documento con serias exigencias al Presidente, para que sean asumidas las urgencias de atención a los pueblos de la Amazonía, principalmente a los pueblos indígenas, ribereños, quilombolas y pueblos aislados, como también a los indígenas que viven en las grandes ciudades. Sin embargo, ha repercutido muy poco, pero es la actitud profética de la Iglesia.

Siendo profética, la Iglesia también es perseguida por el gobierno actual. Pero hay que decir que, infelizmente, tenemos en Brasil una gran parcela de católicos que defienden radicalmente las actitudes y los proyectos del gobierno actual. También en este sentido vivimos una sensación de compaginar con un proyecto de muerte.

P.- ¿Ya han tenido alguna repercusión en Brasil las decisiones de los Padres Sinodales y la exhortación postsinodal ‘Querida Amazonía’?

R.- Antes de que hiciéramos las reuniones para poner en práctica los encaminamientos del Documento final del Sínodo de la Amazonía, y antes de que fuera lanzada la exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’, la pandemia del Covid-19 ya estaba presente en Brasil.

Con el aislamiento social que estamos viviendo, diversos encuentros fueron cancelados. Sin embargo, la nota de los obispos de la Amazonía brasileña sobre la situación de los pueblos y de las selvas en tiempos de la pandemia del Covid-19 ha sido un documento muy contundente y profético.

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