Durante el confinamiento se ha reducido la aportación de los fieles. Sin embargo, a través del portal ‘Dono a mi Iglesia’ se están recibiendo ayudas. En medio de esta crisis, Vida Nueva analiza con Miguel Ángel Jiménez, director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal, la situación de las 23.000 parroquias españolas.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos de la revista en tu email
PREGUNTA.- Los cristianos somos corresponsables del sostenimiento de la Iglesia. Estos días sin cepillo se ha impulsado la web ‘Dono a mi Iglesia’. ¿Ha crecido la solidaridad por esta vía?
RESPUESTA.- Entrando en el portal ‘DonoamiIglesia.es’ encontramos todas las parroquias y, desde ahí, podemos hacer un donativo puntual o periódico. Apoyar económicamente a nuestras parroquias es ayudar a muchas familias en su necesidad; algunas en riesgo de exclusión, con niños, en situaciones muy difíciles. Todavía es pronto para cuantificar cantidades, pero en estos últimos días ha habido un crecimiento notable de donativos.
P.- La Iglesia se autofinancia, puesto que no existe régimen fiscal o ley que la privilegie y la ‘X’ de la Renta se marca de forma libre. ¿Esta financiación puede verse afectada ya por la falta de colectas?
R- Así está siendo. No tenemos cultura de colaboración con nuestras parroquias y, sin embargo, muchas de ellas tienen suscritos préstamos porque en los últimos años hayan podido acometer obras de mejora de tejados u otro tipo de infraestructuras. También porque, como bien nos dice Cáritas, #LaCaridadNoCierra. En la Iglesia se hacen multitud de esfuerzos para llegar a los que menos tienen. La mayor inversión de la Iglesia es siempre en personas.
