Cañizares pide prudencia y “apoyo a los Gobiernos” en tiempos de coronavirus

El cardenal Cañizares, en una foto de archivo arzobispo de Valencia Antonio

En una carta a la comunidad diocesana, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares –recordando, en primer lugar, a las víctimas del Covid-19 y a sus familias– ha pedido prudencia. Pero no solo en lo que se refiere a la vuelta a las iglesias, sino ante las campañas que, estos días, se mueven en las redes sociales. “No hagáis caso de campañas orquestadas, que probablemente aunque puede haber otras intenciones, están a través de las redes sociales enviando mensajes de alguna manera recriminatorios o reivindicativos frente a la jerarquía de la Iglesia que en lugar de abrir caminos, los cierran”, dice el purpurado.



“Soy consciente y comparto el deseo y la petición que estáis haciendo a vuestros obispos: queréis recibir a Cristo en persona, realmente, deseáis estar junto a Él”, afirma. Por ello, como “padre que soy y me siento, nada me desgarra más mi corazón y me lo traspasa que el no poder dar a todos el alimento, el pan de vida, y no por miedo, sino por caridad, no poder llamar a todos a tomar este Pan, por deber de los mandamientos de Dios”. Pero Cañizares piensa también en “lo que sufrirá un padre que se haya quedado sin trabajo y no pueda dar a sus hijos el alimento que necesitan, que no coman, ¿habrá algo más doloroso para un padre que esto, no darles el pan y que se queden los hijos sin comer? Comprendedme, por favor, algunos no lo comprenden y esto aún me hace sufrir más”.

Asimismo, recuerda que los cristianos “hemos de ayudar en lo que es justo y en el bien común” y, por ello, “hemos de ayudar a los Gobiernos y a los representantes de la autoridad y rezar por ellos, como nos pide el apóstol Pedro”. En cuanto a la vuelta a las iglesias para celebrar la eucaristía, Cañizares se muestra igualmente tranquilo. “Estamos esperando nuevas orientaciones y directrices de cómo habremos de proceder dentro de unos días, en el mes de mayo, en y con los actos religiosos. Sabemos que el Presidente y el Obispo-Secretario de la Conferencia Episcopal están manteniendo conversaciones con el Gobierno. Ya nos dirán”, apunta.

Preservar la vida

“Las directrices que hemos dado los obispos, en general, y yo mismo aquí en la diócesis de Valencia, han ido y van encaminadas, a cumplir con la Ley de Dios, que en su quinto mandamiento nos manda guardar, promover y defender la vida, preservarla, la nuestra y la de los demás: y eso es lo que estamos haciendo”, ha aclarado. Para ello, se hace fundamental “preservar de posibles contagios y extensiones de la pandemia letal del coronavirus, ni ser contagiados ni contagiar: es un deber absoluto que Dios, su voluntad, quiere de nosotros; ¿no estamos haciendo eso también, defender y promover la vida, ante las lacras terribles del aborto o de la eutanasia, del suicidio asistido, de la guerra, de la drogadicción, etc.?”, subraya.

Además, Cañizares advierte de que, en el caso de que hubiese un foco de propagación en una iglesia “como sin duda han podido ser otras reuniones de gentes que todos tenemos presentes que sí han sido causantes muy mucho de la extensión de la pandemia en España”, en seguida “no faltarían corifeos propagandísticos que nos echasen despiadadamente a nosotros las culpas, como Nerón culpó a los cristianos de los incendios por él provocados en Roma”.

Por otra parte, el cardenal ha incidido en la necesidad de fomentar, ante la crisis económica resultante de esta pandemia, la caridad. “Es predecible y así nos los están diciendo de todos los lados que nos vamos a enfrentar a un gran crisis social, económica y política”, apunta. “Ahí hemos de estar presentes los cristianos, como cristianos, como testigos de un mundo nuevo, una humanidad nueva, como testigos de Dios vivo y edificadores de una nueva civilización del amor, testigos de caridad para tomar parte y contribuir de forma concreta y medidas eficaces y justas a la solución de esa crisis grandísima”.

Además, señala que “tenemos una oportunidad que no deberíamos dejar pasar en estos precisos momentos es la de nuestra aportación económica a los que están pasando hambre ya, a los parados, y a las empresas pequeñas, a las Cáritas parroquiales y Diocesana, que tanto están haciendo y tan bellos gestos están ofreciendo”. 

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