El papa Francisco escribe en exclusiva en Vida Nueva ‘Un plan para resucitar’ a la humanidad tras el coronavirus

El Papa Francisco, escribiendo, en una imagen de archivo/CNS

El papa Francisco escribe en Vida Nueva una reflexión inédita para una Pascua marcada por el coronavirus. A partir del “alégrense” de Jesús a las mujeres, reivindica la “civilización del amor”. Francisco llama a contagiarse con “los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la solidaridad” para la reconstrucción en el día después de la pandemia. “Es el Resucitado que quiere resucitar a la humanidad entera”, asevera.



El Obispo de Roma regala a los lectores de la revista, a la Iglesia y a la sociedad esta hoja de ruta post coronavirus. Se trata de la primera vez en sus siete años de pontificado que escribe para un medio de comunicación. El Papa elige esta revista que, durante más de seis décadas, ha entendido el periodismo como servicio, voz de anuncio y denuncia, desde el soplo siempre audaz del Espíritu.

Portada VN Nº 3174

El Pontífice tiene un “plan para resucitar”. Y es que a Francisco le preocupa cómo se fundamentará ‘el día después’ a la pandemia del Covid-19. De hecho, esta preocupación quedó reflejada este mismo miércoles, cuando el Vaticano hizo público que Jorge Mario Bergoglio ha puesto a trabajar ya a la Curia romana en una súper comisión de crisis, formada por cinco grupos de trabajo para “analizar y reflexionar sobre los desafíos socioeconómicos y culturales de futuro y proponer pautas para enfrentarlos”.

El pueblo, protagonista

Francisco busca arrojar algo de luz en medio de tanta oscuridad y avista el horizonte con la suficiente perspectiva como para poner las bases de reconstrucción de un planeta que ya llegó herido a esta hecatombe.

Sin pretender dar lecciones, lanza sugerencias y advertencias tan incómodas y provocativas, tan cargadas de sentido común y fruto de la libertad, como el propio Evangelio. En su meditación en Vida Nueva pide huir de “discursos integristas”, porque solo arrimando el hombro será posible “volver a sentirnos artífices de una historia común”.

Francisco reivindica el pueblo, no como algo etéreo, sino como el actor protagonista de este necesario despertar, porque solo desde ahí será posible avanzar en este plan que arrastra demasiadas asignaturas pendientes, como el salario mínimo universal, la condonación de la deuda externa, el respaldo a los pactos por las migraciones o los acuerdos sobre el cambio climático.

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