Carmen Gurruchaga: “Vivimos en un país machista”

La periodista Carmen Gurruchaga

De una comida entre amigas surgió La maestra (Esfera de los Libros), una novela sobre María de Maeztu, la excelente pedagoga vitoriana que logró facilitar el acceso de las mujeres a la universidad en 1915, fundadora de la Residencia de Señoritas de Madrid, donde la intelectualidad femenina dio rienda suelta a sus ideas hasta que la Guerra Civil y la dictadura acabaron con ella. Un libro escrito a cuatro manos por Mariló Montero y la periodista Carmen Gurruchaga.



PREGUNTA.- ‘La maestra’ es la historia de María de Maeztu y su sueño de abrir la mente, el estudio y la universidad a las mujeres de su época, ¿por qué es una figura tan olvidada hoy?

RESPUESTA.- Porque hemos vivido, y vivimos, en un país machista. Y ya está. Nos sabemos todos los nombres de los alumnos de la Residencia de Estudiantes, pero de ellas no sabemos casi nada, empezando por la propia María, que era una prestigiosa pedagoga en toda Europa y hablaba cinco idiomas y que estudió Magisterio y Filosofía en Salamanca con, entre otros, Unamuno. Pero, ¿alguien piensa en Victoria Kent, Clara Campoamor, Zenobia Camprubí, Josefina Carabias, Maruja Mallo, María Zambrano…?

P.- La institución de ellos se llamó ‘de Estudiantes’ y la de ellas ‘de Señoritas’, dejando clara la distinción…

R.- Ella nunca quiso llamarla así. Quiso llamarla Residencia para Señoritas Estudiantes, porque no le dejaron Estudiantas, pero al hacer economía del lenguaje se quedó en “Señoritas”.

P.- Ella fomentó que la mujer pudiera ir a la universidad sin disfrazarse de hombre como tuvo que hacer Concepción Arenal…

R.- No solo fomentó: peleó. Cuando monta la Residencia, alienta, fomenta y ayuda con becas a las mujeres que tenían talento para que estudiasen lo que quisieran, no solo Magisterio.

P.- De esta nueva oleada de feminismo, ¿qué diría María?

R.- Estaría espantada. Porque no era nada sectaria ni imponía la ideología feminista. Lo era y punto, y luchaba en la misma guerra que una del partido comunista o del socialista o liberal. No eran sectarias. Hoy vería que las nuevas feministas, las mismas que nos quieren dar lecciones a las que llevamos tiempo luchando por la igualdad, no dicen nada cuando un compañero de partido dice una barbaridad como la que dijo Pablo Iglesias sobre Mariló Montero. (…)

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