Nieves Tapia: “Construir la aldea educativa global implica superar los muros”

Ante la convocatoria del Papa del Pacto Educativo, pospuesta a octubre por el coronavirus, varias organizaciones del ámbito educativo vienen trabajando la propuesta para promover una educación “abierta e incluyente”

Preocupado por la educación, el Papa Francisco, lanzó el evento del Pacto Educativo global, con el fin de considerar nuevas formas en el proceso educativo, para superar la desigualdad, y para cuidar la casa común.



Para conocer cómo se viene trabajando en esta temática, Vida Nueva entrevistó a Nieves Tapia, directora de CLAYSS, Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (www.clayss.org).

PREGUNTA.- ¿A qué se refiere el Papa Francisco cuando nos convoca a un Pacto educativo?

RESPUESTA.- El Papa subraya que estamos en un cambio de época, y que “cada cambio necesita un camino educativo que involucre a todos”. Así como los africanos dicen que “se necesita una aldea para educar a un niño”, Francisco nos llama a asumir que en nuestro tiempo se necesita una “aldea global” para educar a las nuevas generaciones. Este “Pacto educativo” para construir la aldea educativa global implica superar los muros entre las instituciones educativas y la comunidad, y también entre la teoría y la práctica, entre las ciencia y la vida. En las palabras del Papa, el Pacto apunta a “una educación que sea portadora de una alianza entre todos los componentes de la persona: entre el estudio y la vida; entre las generaciones; entre los docentes, los estudiantes, las familias y la sociedad civil con sus expresiones intelectuales, científicas, artísticas, deportivas, políticas, económicas y solidarias.” Como suele decir Francisco, es una educación que permite integrar “cabeza, corazón y manos”.

P.- ¿Cuáles cree que serán los pilares que sostienen esta iniciativa?

R.- Entiendo que en el documento con el que convoca al Pacto el Papa mismo establece tres estrategias centrales:

  • Colocar a la persona en el centro del proceso educativo, desarrollando un “itinerario de ecología integral”
  • Invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad, desarrollando una “acción propositiva y confiada que abre la educación hacia una planificación a largo plazo”, y
  • “Formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad”.

Una convocatoria para todos

P.- ¿Cómo trabajar en clave “pacto educativo” en las comunidades educativas? ¿Cuáles son los desafíos para alcanzar la “aldea de la educación” en el futuro?

R.- Creo que esta convocatoria del Papa llama, en primer lugar, a los directivos y educadores católicos a re-pensar nuestras políticas institucionales, a darnos un tiempo para revisar el tipo de educación que ofrecemos, si es realmente integral, o si sufrimos de cierta “esquizofrenia institucional” entre la vida académica y la vida pastoral, entre la formación de la cabeza y la del corazón y las manos. Es una oportunidad para repensar qué tipo de escuela somos, si estamos encerrados en nuestro “templo del saber” o abrumados por las demandas de satisfacer todas las demandas del entorno –desde la pediculosis hasta las adicciones-, si todavía nos pensamos como una isla que necesita “tender puentes” hacia la comunidad, o nos reconocemos como parte del tejido social local, como parte de la “casa común” global.

Sobre todo, creo que el Papa está convocando a todos, docentes, no docentes, padres y madres, católicos o no, a repensar qué “pacto educativo” establecemos entre nosotros y con nuestro entorno comunitario. Todos podemos preguntarnos si estamos construyendo escuelas que no sólo ofrezcan educación ambiental, sino que sean espacios de “ecología integral”. Si como adultos estamos siendo suficientemente creativos y responsables frente a los desafíos del presente de nuestro planeta, desafíos que a veces los niños y adolescentes perciben y sufren más agudamente que nosotros. Si estamos haciendo discursos sobre la solidaridad, o realmente estamos formando en los hechos a una generación capaz de transformar como hermanos la realidad.

Proyectos y comunidades

P.- ¿Estamos preparados como sociedad para encarar estas reformas?

R.- Creo que muchos de los desafíos que plantea el Papa tienen que ver con inquietudes que la pedagogía, los especialistas y también la experiencia de muchas instituciones educativas innovadoras se vienen planteando y practicando desde hace mucho tiempo.

Por ejemplo, la pedagogía del “aprendizaje-servicio solidario” tiene una experiencia centenaria en la teoría y en la práctica de escuelas y universidades que desarrollan proyectos de aprendizaje que son al mismo tiempo proyectos solidarios desarrollados en la comunidad. Proyectos en los que se aprende biología en el aula y en la comunidad se aprende a plantar árboles, en los que desde tecnología se diseñan y producen elementos ortopédicos a medida de las necesidades que investigamos en la comunidad, y tantos otros. En estos proyectos, el pacto educativo se hace realidad, y los niños, adolescentes y jóvenes se benefician no sólo de la educación que le ofrecen sus docentes, sino también del conocimiento, experiencia y valores de los socios comunitarios.

Como señala el Papa, hay que “tener la valentía de formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad”. Y creo que se requiere valentía, porque el pacto educativo, como la educación en valores, no alcanza con predicarlo, sino que se construye y se enseña a partir del ejemplo personal.

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