El Papa pide en la audiencia general rezar por Australia debido al “momento difícil” que afronta por los incendios

En su primera audiencia general de 2020, el papa Francisco tuvo este miércoles palabras de ánimo para los habitantes de Australia debido a la oleada de incendios forestales que azotan el país y que han provocado 24 muertos y quemado más de 7 millones de hectáreas en siete estados, cebándose en particular con Nueva Gales del Sur, donde más de 20.000 viviendas han sido destruidas o dañadas.



Aprovechando que en el Aula Pablo VI donde se celebró la audiencia general había un grupo de peregrinos australianos, Jorge Mario Bergoglio pidió al final de su alocución a los fieles que recen al Señor “para que ayude al país en este momento difícil” debido a los incendios “tan fuertes”. El Papa aprovechó además para mostrar “su cercanía” con el “pueblo de Australia”.

Amor “siempre fecundo”

Francisco dedicó una vez más su catequesis al libro de los Hechos de los Apóstoles, deteniéndose en esta ocasión en su parte final, en la que se narra cómo el Evangelio siguió su camino no solo por tierra sino también por mar. Tras recordar el naufragio de san Pablo en Malta, el Pontífice destacó que cuando un creyente hace suya la experiencia de la salvación “no se la queda para sí mismo, sino que la pone en circulación”. El amor de Dios es “siempre fecundo” por lo que quien recibe sus dones “se los da a los demás” y “siempre va más allá”. 

Incidió en esta idea echando mano de su exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudim’, publicada en 2013: “El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los demás”.

Con Martínez Sistach

El Papa concluyó su catequesis haciendo un llamamiento a los fieles para que sean “sensibles ante los muchos náufragos de la historia que llegan exhaustos a nuestras costas, para que también nosotros sepamos acogerlos con ese amor fraterno que viene del encuentro con Jesús”. Se consigue así salvarse “del hielo de la indiferencia y de la falta de humanidad”.

En la parte final de la audiencia general actuó frente a Francisco y al resto de presentes un grupo de artistas del circo Aqua, que se encuentra estos días en Roma. Entre los cardenales y obispos que saludaron personalmente al Pontífice al acabar el encuentro estaba el purpurado español Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona.

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