Así son los mensajes de Navidad de los obispos de Venezuela, Ecuador y Bolivia

Con realidades políticas, sociales y económicas distintas, los prelados apuestan a la paz, la reconciliación, la justicia, la esperanza, la solidaridad, la humildad y al bien común en estas naciones hermanas

Las conferencias episcopales de Venezuela, Ecuador y Bolivia han enviado también su mensaje en esta Navidad. Con realidades políticas, sociales y económicas distintas, los prelados apuestan a la paz, la reconciliación, la justicia, la esperanza, la solidaridad, la humildad y al bien común en estas naciones suramericanas, donde todos puedan convivir como hermanos, hijos de un mismo Dios.



Un pueblo que anhela mejores rumbos

Por segundo año consecutivo, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha enviado su saludo navideño por medio de un videoclip en el que han participado todos sus agentes pastorales, empleados, personal administrativo y beneficiarios. El encargado de abrir este audiovisual fue José Trinidad Fernández, obispo auxiliar de Caracas y secretario general del episcopado, quien ha dicho que “la Navidad es el camino de la reconciliación, de la paz, de la alegría y de la esperanza”.

Además hizo votos para que los venezolanos aprovechen esta Navidad para el encuentro de reconciliación con Cristo entre familias, hermanos y vecinos de una misma nación que “quiere y anhela mejores rumbos”.

Cuidar la esperanza

Los prelados bolivianos, tras meses de muchas tensiones que derivó en la renuncia de Evo Morales, en voz de Aurelio Pesoa, obispo auxiliar de La Paz y secretario general de la conferencia episcopal, ha expresado que la Iglesia “sigue firme en la esperanza”, porque pese a celebrar la Navidad entre signos que desconciertan y preocupan, que “parecen favorecer el pesimismo y la tristeza”, todo aquel que espera en el Señor “no cae en el derrotismo y la queja desesperada”, ha recordado.

“Animamos a todos a contemplar al niño Dios, hecho hombre por nosotros, para recobrar y cuidar la esperanza, la alegría y el afán de lucha por una Bolivia justa y fraterna”, ha pedido Pesoa.

En este sentido, en nombre de toda la Iglesia y los obispos, será necesario “liberarnos de odios y resentimientos”, lo cual exige cuidar la esperanza que significa “restaurar las relaciones en la familia y seguir apostando por la unidad, desterrar actitudes como la violencia, la corrupción, el racismo, la discriminación, la imposición y la falta de respeto”.

Adicionalmente cuidar la esperanza es “mantenernos vigilantes a los acontecimientos que vivimos”  para que nada ni nadie “nos la robe y para que sigamos alimentando la solidaridad con los más marginados y vulnerables de nuestra sociedad”.

Humildes como el hijo de Dios

Desde la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), a través de Luis Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil y vicepresidente, han recodado que con el nacimiento de Jesús “Dios no sólo se hace hombre, sino que asume la condición de los más abandonados de su época”, de hecho la expresión más genuina de esta condición humilde es haber nacido en el pesebre.

También ha recordado que la solidaridad no debe confundirse con limosna, sino que “se relaciona con una de las acciones más nobles del corazón: compartir”, porque “este verbo implica saber dar y recibir” como lo hizo Jesús.

Por ello en esta Navidad –señala el prelado– se transforma en un camino pedagógico de cercanía, de humildad, de pobreza y de solidaridad, donde hay que abandonar toda actitud arrogante para “experimentar una vez más el amor y la confianza de Dios en nosotros”. En un claro mensaje a los gobernantes, ha sugerido la humildad que “nos libera de toda forma de dominio que, casi siempre, termina en autoritarismo, intransigencia y abuso de poder”.

Foto: Iluminancia

 

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